El gobierno nipón está dando un giro a su estrategia comercial exterior para impulsar el crecimiento de las ventas de su legado creativo. Pretende que el anime, el manga y los videojuegos se sitúen al mismo nivel que productos como los coches o la electrónica que, tradicionalmente, han llevado la marca Made in Japan al resto del mundo. Para 2033, con la reactivación del programa Cool Japan, esperan multiplicar por cuatro las ventas de contenido creativo hasta alcanzar los 130.000 millones de dólares.
Reactivación del proyecto Cool Japan
Cool Japan, un proyecto que ideó en 2013 el gobierno japonés para promover la imagen del país a través de la promoción de sus empresas creativas, quedó relegado al no obtener la respuesta esperada. Pero la competencia en este ámbito de otras potencias culturales vecinas, como Corea del Sur y China, así como la amenaza que supone la inteligencia artificial (IA) para la industria creativa, han impulsado su reactivación.
Influencia del lobby Keidanren
En el planteamiento del nuevo ciclo ha tenido gran influencia el poderoso lobby Keidanren, que agrupa a 1.542 de las principales empresas de Japón y desde 2022 cuenta con un comité específico de Economía Creativa, según informa Bloomberg. Los análisis de esta organización no solo han permitido establecer el importe millonario a alcanzar en 2033, sino que también han introducido otros objetivos clave.
Revisar el ecosistema laboral
Así, la propuesta Cool Japan actualizada también incorpora «la mejora de los canales de distribución de contenidos fuera del país, la lucha contra la piratería y la creación de un ecosistema laboral más saludable para los creadores de anime y manga», resume Infobae. Respecto a este último punto, en las declaraciones que recoge esta agencia de Yosuke Yasui, economista del Japan Research Institute, se manifiesta la necesidad de revisar los «bajos salarios y las largas jornadas laborales» y que puedan negociar «los derechos de propiedad intelectual de las obras que crean».
Eliminación de la burocracia
Otro aspecto a tener en cuenta para el éxito del resurgimiento de la Cool Japan es la eliminación de la burocracia, que provoca problemas de coordinación entre el gobierno y la empresa privada. Una circunstancia que no se produce, por ejemplo, en Corea del Sur, donde «se mueven con mayor agilidad», incluso «contratando a ejecutivos de la industria del entretenimiento» para estas tareas, señala Bloomberg. Keidanren incluso ha abogado por la creación de un Ministerio de Contenidos para centralizar la estrategia de contenido del país.
Reacción de las empresas y la competencia
En cualquier caso, la industria nipona del entretenimiento no se ha quedado parada. Ya en 2021, Sony compró Crunchyroll, la que fuera una de las plataformas de contenido ilegal más importantes, convertida ahora en el medio a través del que distribuir el contenido japonés a todo el mundo. No obstante, el mercado tampoco para y, en junio pasado, el fondo Blackstone «compró por 1.700 millones de dólares una plataforma de manga y Netflix está invirtiendo cantidades millonarias en adaptar anime de títulos como Cowboy Bebop y One Piece«, indica Bloomberg.
La industria creativa se mueve
Uno de los movimientos más recientes por parte de la industria creativa japonesa se ha producido el pasado febrero. Line Digital Frontier ha anunciado su intención de producir este año 20 adaptaciones animadas de webtoons (cómics digitales) para convertirlas «en grandes franquicias al estilo occidental con series, películas y anime», recoge el medio especializado Kudasai. El proyecto lo ha anunciado en una conferencia en Tokio el CEO de la empresa, Shin-bae Kim, quien ha manifestado su deseo de expandir el negocio de la propiedad intelectual basándose en las webstoons. «Queremos crear un reino webtoon que genere ingresos en múltiples áreas» y «construir un ecosistema en el que nuestras historias cobren vida en distintas plataformas y dominen el mercado», informa Kudasai.
Fuentes: Bloomberg, Infobae, The Asahi Shimbun, Kudasai