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Claves del estudio “La IA y la música”, de GEMA y SACEM

Con ocasión de la celebración de su 125 aniversario el pasado jueves 14 de marzo, la Sociedad General de Autores y Editores de España (SGAE) organizó un encuentro internacional en el que expertos en propiedad intelectual de nuestro país, junto a otros grandes expertos de otros países (como la profesora de la Universidad de Columbia Jane Ginsburg, o el abogado experto en nuevas tecnologías Ryan Abbott), tuvieron la ocasión de acercar posturas en lo que respecta a la influencia de la Inteligencia Artificial sobre la Propiedad Intelectual.

Aprovechando la ocasión, se presentó un estudio encargado por la SACEM y GEMA, entidades de gestión colectiva de los derechos de los autores en Francia y Alemania, respectivamente (análogas a la SGAE española). El estudio, llevado a cabo por Goldmedia entre los meses de julio de 2023 y enero de 2024, versa sobre IA y música.

Frente al rápido desarrollo de la inteligencia artificial generativa, las entidades buscan analizar la interacción entre la música y la IA. El estudio incluye la dimensión económica y las tendencias del mercado musical, así como opiniones e inquietudes de hasta quince mil profesionales del sector.

Parte 1. El mercado de la IA y la música

Por un lado, se analiza el mercado de la IA y la música. Una sinopsis de la historia de la IA y la música, sus antecedentes técnicos, y datos sobre las inversiones en IA, volumen de mercado y previsiones.

Según el estudio, en Europa ya se han invertido aproximadamente 50 mil millones de dólares en el desarrollo de este tipo de sistemas. Además, se habla de que, en la actualidad, un 8% del total de mercado de IA generativa se corresponde con aplicaciones de IA generativa musical. Se espera que, en 2028, el mercado amplíe diez veces su tamaño. Estaríamos hablando de que el mercado de la música generada por IA podría llegar a alcanzar el 28% del total de las cifras que hoy se recaudan en concepto de derechos de autor.

Al ser preguntados, el 71% de los autores y creadores musicales temen que el uso de la IA en la música les impida vivir de su trabajo.

Las obras musicales creadas por humanos son, hoy en día, fuente de alimentación para este tipo de sistemas. Sin embargo, los autores y creadores no participan en esa perspectiva de crecimiento, pues no existe hasta ahora un sistema de remuneración adecuado para ellos.

Destaca también las cifras respecto al uso de IA generativa por los creadores musicales.

En concreto, según el estudio, un 35% de los encuestados han utilizado IA de algún tipo en tareas creativas de diversas índoles. Y de entre los encuestados menores de 35 años, la cifra aumenta hasta el 51%. Aunque en lo que respecta al uso de estas herramientas en la música, la cifra se reduce notablemente hasta sólo el 11% de los encuestados.

Una amplia mayoría de creadores exigen que los proveedores de IA estén obligados a revelar cuándo utilizan obras protegidas para entrenamiento de sus sistemas. También que las obras musicales generadas por IA se identifiquen como tales. Por último, que los creadores sean remunerados cuando estos sistemas utilicen sus obras protegidas como inputs.

Parte 2. La IA en el proceso de creación musical

El estudio también se centra en la IA como posible herramienta. Tanto dentro del proceso creativo musical como en otras áreas de la industria, como el marketing, la promoción o la distribución.

El 63% de los creadores encuestados considera probable que la IA se utilice para composición, redacción de textos y en el proceso creativo.

La mayoría también cree probable la adopción de la IA en otras áreas más “técnicas” del proceso de creación. Por ejemplo la grabación, edición, mezcla y masterización (58%), así como la creación de contenidos promocionales y marketing (55%).

El estudio trata de vislumbrar también cómo afectan estos sistemas en la creatividad musical. Un 43% de los músicos encuestados afirman que la IA puede abrir nuevos horizontes creativos para la música. Una de las grandes claves es precisamente esa: la IA generativa revoluciona el mundo de la creación musical, permitiendo a casi cualquiera crear obras musicales. Sin necesidad de tener una gran voz, habilidades con instrumentos o conocimientos de teoría musical.

De hecho, algunos de los proyectos que plasman esta realidad son Stable Audio, de Stability Ai, y MusicGen, de Meta. Son aplicaciones que permiten crear obras musicales bastante decentes basándose únicamente en prompts de texto.

Hay muchos otros autores que defienden el componente único, sentimental, pasional y diverso que posee la música creada por el ser humano.

«La IA se limita a identificar patrones dentro de una cantidad masiva de datos y luego aplicarlos. En consonancia, los resultados que obtiene son estereotipos, clichés básicamente, el mínimo común denominador.»

Yevgeni ”Jeff” Birkhoff, diseñador de música y sonido y experto en IA.

Respecto a si consideran que las herramientas de IA pueden solventar ciertos problemas del proceso creativo, como los bloqueos creativos, las respuestas son bastante parejas. Mientras que el 38% están de acuerdo, el 28% lo niega, y el 32% no está ni de acuerdo ni en desacuerdo.

Incluso saltaba la sorpresa en redes cuando se conoció que, gracias a un sistema de IA que permite separar una canción en diferentes pistas instrumentales, la legendaria banda británica The Beatles había conseguido extraer unas vocales de John Lennon de una vieja maqueta, y las había utilizado para crear su reciente single «Now and then».

Otro de los grandes avances de la IA en la música son los sistemas que permiten replicar la voz de los cantantes: los llamados deepfakes. Una técnica recientemente usada por grandes artistas como David Guetta, quien en uno de sus últimos sets utilizaba esta técnica para incluir la voz de Eminem en sus propios temas.

De esta herramienta se valió el usuario de TikTok ghostwriter977 para publicar «Heart on My Sleeve», una canción escrita y producida por IA, hecha para sonar como los músicos Drake y The Weeknd. Sólo en TikTok alcanzó 15 millones de visualizaciones y 600.000 reproducciones en Spotify.

El 17 de abril, Universal Music Group la retiró por «contenidos infractores creados con IA generativa», llamando la atención de las discográficas sobre los peligros de los deepfakes y la clonación de voces.

El 95% de los encuestados creen que los titulares de derechos de autor deben tener la posibilidad de emprender acciones legales contra la vulneración de sus derechos personales por parte de sistemas de IA.

Parte 3. Desafíos

El estudio también dedica una parte a los posibles desafíos que puede plantear la IA en el sector, específicamente en relación con los derechos de autor, la remuneración de los artistas, los derechos de la personalidad y el streaming de música.

Al ser preguntados al respecto, una amplia mayoría de los artistas musicales (64%) consideran que la Inteligencia Artificial en la música conlleva más riesgos que oportunidades.

«Con estas oportunidades también llegan cuestiones éticas, sociales y económicas cruciales a las que debemos responder colectivamente para garantizar que la IA actúe de forma responsable y ética con nuestras obras y que sean remuneradas por su uso por las bases de entrenamiento, que no deje a nadie atrás y beneficie a todos los creadores.»

Christine Lidon, autora y presidente de la junta de la SACEM.

Como es evidente, al ser preguntados acerca de si las empresas desarrolladoras deberían obtener permisos para utilizar sus obras protegidas como inputs para los sistemas de IA, el 90% de los autores responde afirmativamente.

Además, el estudio plantea la posibilidad de establecer un sistema de opt-out o exclusión voluntaria, de manera que los autores puedan negarse a que sus obras sean empleadas con esos fines. O, alternativamente, establecer un sistema de opt-in, lo que quiere decir que los autores que estén de acuerdo en que sus obras sean utilizadas con esos fines sean quienes lo dispongan expresamente.

El 95% de los autores creen que las empresas que desarrollan estos sistemas deberían ser objeto de unas normas de transparencia que les obliguen a revelar cuándo utilizan obras protegidas por Propiedad Intelectual como inputs.  Y es que, otra de las características que destaca en la actual industria de la IA es una más que evidente falta de transparencia.

Según Patrick Sigwalt, compositor y presidente del comité de asesoramiento estratégico sobre innovación de la SACEM, una de las claves para extraer el máximo potencial a la IA es hacerla transparente y virtuosa.

El etiquetado de la música creada a través de IA es otra de las cuestiones que preocupan a los autores, como medida para evitar la desinformación y proteger a los titulares de derechos.

La compañía francesa Believe ya ha confirmado el lanzamiento de un «algoritmo de detección de IA» patentado, que, según la empresa, puede detectar grabaciones maestras hechas con IA con una tasa de acierto del 98%, y deepfakes con cerca del 93% de precisión. También la empresa desarrolladora de la plataforma de streaming francesa Deezer está creando nuevas herramientas específicas para reconocer el uso de la clonación de voz y la IA generativa.

«Es vital para el sustento de los compositores y autores que encontremos una solución que identifique, también retrospectivamente, a los titulares de los derechos originales en una producción de IA.»

Helmut Zerlett, compositor de cine, productor y músico.

Otra de las grandes preocupaciones de los músicos es la sustitución de sus obras por las creadas a partir de la Inteligencia Artificial. Al ser preguntados, el 26% está de acuerdo con que la música generada artificialmente está sustituyendo cada vez más a la tradicional. Esto parece afectar más a unos géneros musicales que a otros. Según el estudio, aquellos géneros más simples, como la música Lo-Fi o la música usada para meditación o concentración, podrían ser más fácilmente sustituibles.

Asimismo, otros ámbitos musicales como la producción de video, la mezcla y masterización o los músicos de estudio, que son recursos costosos para los autores, podrían verse poco a poco sustituidos por alternativas digitales más ventajosas desde el punto de vista económico. Lo cual conlleva el reto para todos estos profesionales de ampliar sus competencias y esforzarse en ofrecer al artista un valor que la IA no pueda igualar.

Según una estimación, para el año 2028, hasta el 27 % de los ingresos de los creadores musicales correrán el riesgo de verse afectados por la IA generativa. Esto corresponde a un daño potencial estimado de 950 millones de euros sólo en 2028 y a un daño total acumulado para el periodo 2023-2028 de unos 2.700 millones de euros para los creadores musicales en Alemania y Francia.

Para concluir, nos quedamos con estas palabras de Alexandra Bensamoun, profesora de Derecho de la Universidad de París-Saclay:

«Entre los “catastrofistas”, preocupados por el riesgo (existencial) que encarna la IA, y los “tecnooptimistas”, convencidos de la absoluta necesidad de avanzar, hay un camino, el de la sensatez. La IA es una oportunidad, una promesa: aprovechémosla sin renegar de nuestros valores, sin renunciar a lo que constituye a la sociedad. Como suele ocurrir, la virtud está lejos de los extremos

Alexandra Bensamoun
Daniel Correa-Estañ
Daniel Correa-Estañ
Daniel es jurista especializado en Propiedad Intelectual y derechos de autor. Licenciado en Derecho y Administración de Empresas por la Universidad de Murcia, y Máster en Propiedad Intelectual por la Universidad Carlos III de Madrid. Forma parte del equipo de asesoramiento jurídico de Safe Creative.

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