El colectivo de artistas visuales enfrenta desafíos particulares en el ámbito laboral debido a la naturaleza específica de su trabajo y a las condiciones cambiantes del sector. El actual Estatuto del Artista ha tratado de abordar algunas de estas problemáticas, pero aún queda mucho por hacer para asegurar que los artistas autónomos tengan un marco legal que refleje sus necesidades y particularidades reales.
Autónomo y contratado: stop a la doble cotización
Es crucial que las reformas fiscales propuestas aborden las necesidades únicas de los artistas. Una de las principales medidas necesarias es la exención del pago a la Seguridad Social para aquellos artistas que ya coticen por otros trabajos ajenos a la creación. Esto les permitiría a los artistas mantener empleos complementarios sin ser gravados dos veces.
Además, los artistas que se sostienen exclusivamente con su trabajo creativo, pero cuyos ingresos no superan el doble del salario mínimo interprofesional, deberían poder negociar una cotización mínima con la Seguridad Social. Esto les permitiría acceder a los beneficios existentes de una manera justa y acorde con su nivel de ingresos.
Pagos y obligaciones fiscales
La estructura actual de pagos y obligaciones fiscales para los autónomos también es inadecuada para los artistas visuales, quienes rara vez trabajan bajo contratos formales. Es necesario permitir que los artistas se den de alta como autónomos de forma constante, sin necesidad de realizar pagos trimestrales a cuenta del IRPF y del IVA. Esta medida les proporcionará estabilidad y reducirá la burocracia que enfrentan al trabajar en proyectos esporádicos.
Deducciones adaptadas a la realidad del artista audiovisual
Además, los artistas deben poder deducir todos los gastos relacionados con su profesión, tales como el alquiler del estudio, materiales, viajes, libros y gastos de exposición. Este cambio ayudaría a aliviar la carga fiscal de los artistas, permitiéndoles invertir más en aquellas necesidades que mejoran la calidad de su trabajo.
Ventas directas sin IVA
Para combatir la precariedad del colectivo, las políticas también deben abordar las necesidades específicas de los artistas visuales. Es fundamental que las ventas directas de los artistas no estén sujetas al IVA, y que cuando las ventas se realicen a través de intermediarios como galerías de arte, los servicios ofrecidos no estén sujetos al IVA. Asimismo, para aquellos artistas cuyos ingresos están por debajo del salario mínimo interprofesional, el Estado debería hacerse cargo de un salario mínimo hasta que su situación cambie. En casos de enfermedad o edad avanzada, el Estado debe velar por su bienestar dada su condición especial como creadores.
En resumen, la reforma del Estatuto del Artista debe centrarse en eliminar las barreras fiscales, simplificar las obligaciones para los autónomos y ofrecer un apoyo adecuado a los artistas que más lo necesitan. Adaptar el marco legal a las necesidades del colectivo es un paso necesario para combatir la precariedad y permitir a los artistas visuales desarrollar su trabajo en condiciones justas y sostenibles.
