El aire huele a mar, a verano, a vacaciones, a juegos. Los que nos creemos mayores porque nos dejan bañarnos en la piscina grande, apenas hemos cumplido ochos años. Miramos de reojo a nuestros primos y hermanos más pequeños, ellos siguen en la diminuta piscina con forma de barca, nosotros no sentimos importantes, aunque no podemos ir más allá de donde el agua nos cubre la cintura. Los abuelos nos vigilan, todo un lujo poder pasar el verano a su lado, cuando el invierno se hace largo y pesado sólo hay que pensar en ellos y todo pasa. Madrugamos y nos dejan que nos vayamos a dormir tarde, somos felices, no hay nada en el mundo que sea mejor que esto. Un día nos haremos mayores, y dicen que todo será diferente, puede ser, pero cuando sea mayor, pensaré en mis veranos, con mis primos, con mis abuelos, con mis hermanos, y los inviernos largos y pesados pasarán y el olor del mar, del verano, de las vacaciones, de los juegos, regresará.