About the work
http://valentina-lujan.es/L/lavida.pdf
La vida, que es caprichosa, se presenta como viene y no como se la adorna; de tiros largos si es fiesta, con organdíes y zarcillos, y puntillas y collares, y lazos y muchas cintas de seda y raso y colores.
La vida, que es pendenciera, se presenta peleona, agarrada por los pelos de quien cuestionarla osa como fuente de venturas, como aliada bondadosa, como madre que se yergue frente a adversidad ansiosa por defender a qué alienta a ser lo que ella le estorba.
La vida, que es generosa, se prodiga en su largueza con los que con su demora ven alargarse sus días, acortarse sus dichosas esperanzas de venturas y crecerse, pavorosas, las amenazas que acechan escondidas tras la puerta que se cierra, o que se abre, tan pronto llega su hora.
La vida, que es aljonjera, clava sus espinas todas en la carne de los sueños dormidos cuando a la aurora los sacuden desabridas las amenazas traidoras que aguardan a descargarse sin la piedad que desborda qué bordara entre la bruma de la noche la zozobra.
La vida, que es procelosa, cubre de nubes muy negras la espera que se recorta a lo lejos en sordina revestida de afanosa tenacidad por asirse de qué queda tras derrotas de batallas entabladas ni perdidas ni gloriosas emprendidas por quién sabe qué razones latebrosas.
La vida, que es arropiera, vende los dulces placeres que en el cuerpo en el que mora se alojan donde ella sabe, cual buena conocedora, que van a terciarse encuentros de desencuentros feroces que ― ajenos a que ella busca en su solaz perpetuarse ― terminarán por pagarle, insensatos, otra ronda.
2 de julio de 2017
Entelequios
Poesía
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.