About the work
http://valentina-lujan.es/P/paralasenora.pdf Para la señora que escribe siempre en letras blancas sobre fondo negro: Me dirijo a usted, señora que escribe siempre en letras blancas sobre fondo negro ― como puede verse en, por ejemplo, el pie de página que aparece en este archivo ―, porque, al igual que usted, también yo me he perdido con frecuencia transitando por estas páginas. Llegué en alguna ocasión a estar tan desesperada que, y como soy amiga de Afrodita ― porque, ¿sabe?, nos conocimos por pura casualidad y por causa de un erizo o de una iguana, que ya no me acuerdo, pero lo podrá verificar usted misma si visita este blog y ahí busca el lunes 9 de junio de 2008 ―, le pregunté si no habría alguna manera de evitar unas situaciones tan molestas y, ella, encantadora pero con una manera de ver el mundo y la vida un poquito a su peculiar manera, me respondió, sonriente y muy serena, que qué obsesión (y que la perdonase) “tienen ustedes los humanos” ―que lo dijo exactamente así ― por conocer puntualmente y de forma secuencial todos los datos y pequeños pormenores de las historias “de las que tienen noticia” y que, procurase para comprenderlo echar mano de datos y pormenores de la propia historia mía, resulta a veces del todo imposible el poder recordar cuándo, o por qué motivo, sucedió tal o cual cosa; y, aun así, la tal cosa está “ahí”, en nuestro acervo emocional, que en definitiva es lo que nos deja una huella en el inconsciente. Y que nos sería saludable saber vivir aceptando que en todas las vidas hay cabos sueltos, incluso lagunas a veces bien grandes; pero que gracias a ellos y aunque no logremos anudar los unos o rellenar las otras ―porque que de eso ya se ocupa el consciente “y así les va” ―, todo ello, incluso las carencias, son los que confieren a nuestro paso por el mundo eso que llamamos “la vida real”. Y que todos los “circuitos cerrados” ―que también lo dijo así ―que encontramos en las novelas y en las películas, donde todo lleva una ilación coherente, son mentira, mentira siempre porque se circunscriben a tan sólo las circunstancias a que los personajes se ven obligados a vivir constreñidos prisioneros del número de páginas del libro o del metraje de la cinta a que los condena la voluntad o el capricho del escritor o del guionista, que obvian todo cuanto no se ciñe meticulosamente al patrón siempre cómodo que el lector o el espectador espera. Y que la verdadera realidad de la vida, de cualquier vida, no es así. En la esperanza de que estás indicaciones le puedan servir de método a seguir para asumir sus propios cabos sueltos y lagunas – me despido de usted con mis mejores deseos. Atentamente, Andrea Etiqueta: Papeles Categoría: Telas
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.