About the work
https://valentina-lujan.es/E/elsentidodelnum.pdf
Una noche hace ya años vi cómo una gata trasportaba de un lugar a otro, agarrada por el cuello con su boca, como ellas lo hacen, a una de sus crías; y recuerdo que me pregunté cuántas tendría, y si las reconocería o ― temerosa yo de que se olvidase de alguna ― sabría contarlas o dispondría, de manera natural, de algún “mecanismo” que la advirtiese de cuántas iba habiendo en el lugar nuevo y cuantas iban quedando en el viejo.
Hoy, leyendo el libro de Francisco J. Rubia “El cerebro nos engaña” leo ― en el punto 5.2. del capítulo 6 “El sentido del número” ― que los animales tienen capacidad aritmética. Pone entre varios ejemplos el de chimpancés que saben reconocer que en una bandeja con dos montones de galletas (uno de ellos con cuatro y otro con tres) hay más galletas que en otra bandeja que también tiene dos montones pero, en ésta, un montón es de cinco y el otro de una.
No pone ningún ejemplo de gata y sus crías, pero me viene a la cabeza aquella, la de Oquendo, y me digo que, de alguna manera, si ella había parido por ejemplo 5 gatillos (que yo copio y pego de internet, para ilustrar qué digo) y sabía que en un lado había esto
según los fuese llevando al sitio nuevo iría viendo en él primero
y luego
y luego
y luego
y, cuando ya viese en el lugar nuevo algo así
entendería ella que los había cambiado todos - aun sin saber contar uno, dos, tres, cuatro, cinco - y, yo, ahora, tantos años después, que hubiese podido ya entonces quedarme tranquila; que no había olvidado ninguno.
1 de abril de 2016
Registered at Safe Creative
Code: | 2402226985600 |
---|---|
Date: | Feb 22 2024 12:14 UTC |
Author: | Alicia Bermúdez Merino |
License: | All rights reserved |
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.