About the work
https://valentina-lujan.es/T/yasequedi.pdf
Ya sé que he dicho en algún momento y en alguna parte que no tocaría nada y que, una vez
… decidida, sí, lo recuerdo perfectamente, estaba decidida a algo, pero… ¡Dios mío! Ha pasado tanto tiempo que, decidida ¿a qué? ¿A qué pude estar yo decidida en aquel momento en que, sin duda, porque por qué otra cosa podría ser , tuve que dejar de limpiar los pirulís de la lampara de swarovski catorce brazos y bajar de la escalera para acudir a la cocina porque me llegó olor a quemado y era que se estaban o mejor dicho se habían pegado ya, las lentejas?
Bueno, pues con todo el dolor de mi alma, y con tantísimas cosas a que se puede estar decidida en cualquier momento que vete tú a saber cuál sería precisamente en aquel con las lentejas pegándose, pegadas ya, e Indalecio diciendo tacos, puta exactamente, puta a doña Gardenia por la ventana abierta porque se le había pegado el habla, pobrecito qué culpa tendría él, de los albañiles que estuvieron, de eso sí me acuerdo, reparando el techo del pabellón de caza del jardín y la sirena de una ambulancia qué, gracias a Dios, impidió que doña Gardenia, que siempre nos saca las castañas del fuego de qué canto del Orlando canta él, lo escuchara y, que de eso también me acuerdo, timbrazos en la puerta porque traían las 125 botellas de Moët & Chandon para la fiesta de la noche y…
¿A qué, Dios mío, podría yo estar decidida en lo alto de una escalera y con tanto lío?
Y lo que más vergüenza me da es que, después de haber dicho, en algún momento, y no puedo negarlo, porque ahí arriba lo pone, subrayado, bien visible, que no tocaría nada y ahora por un estúpido amor propio no me voy a desdecir, que no tocaría nada y a saber si toqué algo, pero, ¿qué?, ¿qué, Dios mío pude tocar yo después de tanto tiempo y tanto lío que vaya nadie a saber que desaguisado pude organizar con mis irresponsables toqueteos?
No sé, intentaré acordarme no sé ahora mismo si de qué toqué o no toqué o de a qué estaba decidida; pero habrá de ser en otro momento porque ahora termina de llegar el afinador del piano grande, el de cola, claro, del salón de las porcelanas de Alcora.
Papeles
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.