About the work
El pincel dibujaba los trazos al descuido. Pretendía cambiar la vestimenta de una rosa. Ella simbolizaba la ternura, con aquel color que despedía sentimientos de melancolía desafiante y a la vez tierna. La artista se miraba en cada pétalo de aquella rosa, eran como espejos que duplicaban sus pesares, como si les hablasen a la estirpe aprisionada en la naturaleza misma de tantas y tantas contradicciones. El pincel moldeaba cada trazo, no había forma de armonizar los matices. Se mezclaban colores al azar, todos se confundían ante tan extraña sensación. Jamás habían visto llorar a una rosa y no eran solo sollozos plañideros, era angustia, impotencia, era defensa y reclamo, lloraba el duelo que despedía lo genuino de su esencia y la autenticidad de sus pétalos. La rosa derramaba tantas lágrimas que era imposible lograr la perfección y disimularlas en sonrisas. Y ella defendía su identidad, se identificaba con cada rasgo de su individual apariencia, le gustaba como era, no pretendía analogías ni similares. Era feliz así, única e irrepetible. La rosa se aferraba a su filiación, a lo que era y a lo que reflejaba a través de sus pétalos callados y tiernos. Pero allí permanecía inerte el pincel, en aquella mano autómata, que lo manipulaba sin gracia, sin deseos de nada, solo de pretender cambiar una apariencia sin importar la voluntad y el derecho de la rosa , la única diferente entre todas aquellas que la miraban atónitas desde el jardín, sin entender nada. Un instante hizo palidecer la mirada ausente de la artista. Su mano petrificó el pincel entre sus dedos. Una lágrima de la rosa había salpicado su rostro y fue como un estímulo que conectó sus sentidos con el poder de la creación y la aceptación. La energía de aquella lágrima había sido un detonante en el neurálgico despertar de sus instintos. Y el pincel se ahogaba en discusiones convulsivas, entre la absurda estupidez de la apariencia y el esplendor de todo lo genuino. La rosa despojaba sus ropajes de horrible vanidad y de falacias. Era ella misma la que hablaba con su ternura crucial , sin indolencia, con sus pétalos cubiertos de lirismo y del suave aroma melancólico e infalible de otros tiempos.
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Code: | 2303033721910 |
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Date: | Mar 3 2023 20:53 UTC |
Author: | Gota de Rocío Azul |
License: | All rights reserved |
About the creator
Reseña del Autor: Soy cubana, nací en esa hermosa Isla del Caribe, reina seductora de las Antillas, con esa mezcla de lo real /maravilloso que nos distingue. Me considero talentosa y una enamorada de los detalles sencillos que se convierten en sueños en las manos de la creatividad y la espiritualidad. Soy Licenciada en Economía con un diplomado en Ciencias Económicas y Sociales, graduada con honores en mi bella Isla. Maestra de nacimiento, instruir y educar son mis grandes pasiones. Escribir me acerca a la naturaleza del amor, es como una entrega total que me transforma y me deslumbra. La poesía es para mí, el elixir que enamora todos mis axiomas. La inspiración del día a día, aún en medio de la incertidumbre, las dudas y la adversidad, nos invita a no doblegar el espíritu ni claudicar ante el desánimo.... Todo es posible, la vida ofrece su oportunidad inefable, solo depende del ingenio y la capacidad de lucha para enfrentar el desafío. El periplo del quebranto puede alimentar la melancolía y la nostalgia, pero jamás podrá flagelar la sensibilidad del alma que rubrica en sus memorias la esperanza. Yo también soy de suspiros que se riman con mis letras, de pasión fluyo cual río y me ahogan las tristezas. Siento el susurro divino de la inspiración que llega, admiro el trino del verso en el murmullo poeta, que sucumbe sus olvidos al soñar la primavera. La poesía es más que pasión, más que el milagro, más que un azar en nuestras vidas. La poesía es la hacedora de nuestros senderos, quien transforma el detalle en imagen del alma y danza el romance del corazón. El andar construye las historias, los senderos se iluminan con el denuedo, el brío, la entereza. Esas huellas que dejan las palabras alimentan las esperanzas, que solo pueden materializarse en el peregrino bregar del día a día. Sonreír a los sueños irisados de esperanzas. Lo mejor está por venir. Siempre en el cielo brillará después de la tempestad el arco iris de la alianza universal. Y te sorprende el amor en su idílico revuelo, se cobija entre las letras que buscan soñar en versos y escribir la tesitura melodiosa del desvelo. Y en ese recordar descubrirás esperas, nostalgia, soledad, insomnio y pesadillas y entonces el llorar no borrará la huella de iluso corazón sangrando en despedida. Aimée Granado Oreña © Gota de Rocío Azul (Derechos de Autor)