About the work
http://valentina-lujan.es/R/convifij.pdf
–Conviene fijarse, sí; eso ya lo sé don Carmelo ― replicaba intentando no entrar en discusión la madre cuando era requerida en un aparte porque no quiero yo, doña Jacinta, ponerla a usted en evidencia delante de las otras madres pero tiene usted que hacerse cargo la niña apenas avanzaba ―, y no perder de vista que cuando son tantos, tantísimos los datos que en el transcurso de la vida han ido incrementando el acervo cultural de uno o de una, por mucho que te esmeres en ser coherente ― y bien sabía el Señor y usted mismo, don Carmelo, debería de estar al cabo de la calle perdóneme que se lo diga que Enedina se esmeraba — confiar exclusivamente en la memoria es una temeridad, pero...
Mostrándose compungida, pero poco, y nada más por contemporizar convencida, como estaba, de que… ¡pero quién iba a prestar ― encarecía ― atención a los pendientes de doña Magdalena!
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.