Ava, tras enterarse de la muerte de su madre, confronta a su hermana Tita quien ocultó la noticia para quedarse con la casa de sus padres. Ava la confronta despojándola de la propiedad. Ava, al tomar posesión de la propiedad después de quedar viuda, encuentra una cámara fotográfica que conecta su sentir al mirar una fotografía haciéndola viajar por el tiempo hacia ese momento en que se tomó la fotografía. Ava decide viajar al pasado para disfrutar a su padre quien falleció veintidós años atrás. Ava vive en el pasado en lugar de vivir su presente hasta que todo parece que no hay vuelta atrás si solo ambas hermanas hubieran actuado sin ego. Al mirar una fotografía, el corazón siente, la mente recuerda y evoca el deseo de revivir ese momento.