https://valentina-lujan.es/T/timpanosabig.pdf

Tímpanos abigarrados de protestas lanzadas desde las almenas de cascadas que se rompieron cuando empezaron a girar las amapolas de los campos que habían dejado de liberar en su ignorancia quienes, mucho tiempo después y celebrando los esponsales del viento del norte con las brumas del sur, brindaron, no en copas de oro, pero sí de espadas, por el pronto reconocimiento de que ya no quedaba espacio para la ocultación ni la codicia.

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Escolares pulcramente curtidos, desnaturalizados del arraigo que los indultaba de seguir ejerciendo en su condición de cabrestantes desplegando veladas incursiones en el mundo de petrificadas inocencias furtivas como espléndidos arrogadores de inmanencias desterradas del estruendo ahumado de sus introspecciones, cortaban, con sus labios, los tallos iracundos de las corazas herrumbrosas de las flores.

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Pisadas levantando ampollas escindidas del musgo por el hedor inculto de la torva clemencia de híbridos alerones de enclaustrados telares donde tejen sus acuciantes desmayos los que escrutan con las puntas aceradas de sus rítmicas o acaloradas abluciones, notaban, en su herida, el estacionar sin fin y en orden de prismáticos, espejos ateridos del desamor del cobre hacia el basalto.

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Insípidos de hierba o de esperpénticos incólumes arrojos de irritantes apósitos de malva o de ambrosía, derrotan, desmenuzan, desperdician, descalzos por la luz anaranjada que derraman los cálices profanos que usurparon los tañedores de bocinas, escoran, importunan, las constriñen, las mórbidas, morosas, insulinas, mistéricas soflamas que de entre los esclarecidos regurgitan.

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Cimbreándose en lo hondo de la cumbre del abismo de miedo o de avaricia que ensalza la buena mala sangre que riega con su moroso abrazo las sienes acanalladas de alveolados surcos sin cultivar por los heraldos de la sobriedad ardua y concisa de los placeres de la carne huidiza, los espantados recuerdos de los muertos se sumen, envolviéndose en sus mitras, en gélidos orgiásticos sopores.

5 de octubre de 2010

Silogismos

Poesía