About the work
https://valentina-lujan.es/alicia/asiquesupongo.pdf
Que nos quedaremos callados, que es lo que yo escribo porque es lo que yo creo.
Pero, Lola, que no me explico cómo ha podido encontrar la llave del cajón que ella llama siempre el que no quiere usted que abra porque con las prisas porque iba esta mañana con la hora pegada se me pasó decirle dónde la escondí ― y que a ella le molesta, por cierto, que más de una vez me ha regañado y que si vuelve usted a hacerme eso se quedará sin buscar y allá usted, que no puedo yo andar perdiendo mi tiempo con sus tontadas ― me había dejado sobre la mesa escritorio una notita que encuentro al regresar del trabajo en la que, aparte de advertirme de que el pienso extrusionado se está terminando, me enmienda la plana y, con su inveterada caligrafía inglesa, me escribe:
Supone usted que se quedarán callados ― quiere pensar, para no...
Sergio Escalante
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.