About the work
https://valentina-lujan.es/U/unosyotros.pdf
Unos vienen de camino, otros van de retirada, y los que ni van ni vienen no paran de andar perdidos sin saber qué es lo que aguardan.
Los hay que se acercan lento, los hay que se alejan rápido, y los hay que no se hallan ni en la cumbre ni en el llano.
Unos perdiendo su tiempo, otros ganando su alma; los que ni ganan ni pierden no ofrecen ninguna traza de rendirse a la evidencia ni de levantar murallas que separen para siempre el temor de la esperanza.
Estos traen sangre en las manos, esos fuego en la mirada, aquellos brillo de estrellas en sus frentes que tan altas no alcanzan fuego ni sangre ni a comprender los extraños por qué conservan la calma.
Algunos claman justicia, otros prodigan perdones, los menos se desentienden de erigirse en portadores de balanzas imposibles ni de redimir errores de los que antes despreciaron ser ya por siempre deudores.
Y entre los más no se encuentran más que muy pocos que alcanzan a comprender que tan sólo en las manos de lo eterno se hallan las respuestas llanas.
Y entre los menos ya cunde cierta remota confianza de alguna vez encontrarse frente a la verdad sin velos que oculten, entre sus capas, las razones que los mueven sin reparar en que tantas religiones como han sido trataron todas, tan sólo, de dominar las conciencias y de adormecer las almas.
26 de febrero de 2011
Deliquios
Poesía
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.