Perdón
Alicia Bermúdez Merino
Madrid - Spain
Share in: twitter facebook pinterest url

About the work

https://valentina-lujan.es/P/perdon.pdf

El diccionario lo define como ‟acción de perdonar”, lo que nos lleva a buscar acto seguido qué es eso de “perdonar”.

Bueno, pues hete aquí que nos encontramos con “Dicho de quien ha sido perjudicado por ello: Remitir la deuda, ofensa, falta, delito u otra cosa”.

Pero, ¿quién ha de expedir el supuesto o metafórico certificado de remisión?

A juzgar por cómo los humanos manejamos el lenguaje podría parecer al primer pronto que el que ha de perdonar es el que recibió la ofensa, es decir, el “agraviado”; y al agraviado es al que se insta a perdonar, y el agraviado es el que – aunque sólo sea a veces por zanjar el tema y que lo dejen en paz – con más o menos ganas y antes o después perdonará.

Y se quedarán tan anchos y felices; lo mismo el perdonador que el perdonado.

Ahora vamos a ver si analizamos la cuestión despacito.

El que causa o inflige cualquier tipo de daño (y nótese que el mismo verbo “infligir” significa, otra vez según el diccionario, “imponer un castigo”; pero así, escueto y en limpio, sin precisar a quién se impone ni concretar si es a otro o a uno mismo) está, básicamente, imprimiendo sobre sí la lacra, produciéndose a sí mismo la herida, de estar siendo el agente que motiva el malestar o el dolor de ese algún otro y aun a pesar, quizás, de que el tal otro a lo mejor ni lo perciba.

Pero vamos, en fin, a centrarnos en el supuesto de que sí lo perciba; y de que le duela, y de que sienta, amén de dolor, indignación e ira.

Se le exhortara entonces, desde todas las instancias de la sensatez y la cordura, de la ecuanimidad y de la imitación a Cristo, a perdonar.

Y ahí es donde surge un gran problema, donde sale al encuentro el gran escollo, imposible de salvar, ni de regatear ni de sortear o de eludir, de que el exhortado, el instado al perdón, no puede.

¡No has de poder!

Puedo ― responderá el cuitado ― desterrar (o por lo menos intentarlo; así, entre paréntesis si no las tiene todas consigo de lograrlo), aunque me vaya el resto de la vida en la ardua empresa, el rencor y la ira de mi corazón y de mi alma; pero, ¿podré, por más que a ello me afane, curar la herida con la que se tatuó el que me causó daño?

Nótese, e insistiré aun a riesgo de resultar machacona sobre ello, que “infligir” es también “imponer un castigo”; y que imponer un castigo no puede (entre humanos) alcanzar a algo más sutil que el enviar al niño a su cuarto sin postre o, en casos más extremos o dramáticos, al reo a la cámara de gas o a la horca.

Eso por un lado. Y, por otro, si el que al ofender se impuso un castigo, a la medida de sus fuerzas o habilidades y con sus propias armas, por su propia voluntad y aunque lo hiciese por caminos o hatajos más o menos intencionados o indirectos (el daño propio, quiero decir, no el ajeno), ¿cómo sería posible que otro humano, tan mortal como él mismo y tan igualmente limitado, contara con los medios que pudieran sanarlo?

No. El daño que se hace, por pequeño que sea, queda en la memoria de la eternidad como daño, en sí mismo y por siempre. Y nada en este mundo, aun mil veces después de que ese otro ― que, por otra parte, tan sólo fue víctima ocasional por mucho o poco de terrible que tuviera en sí la circunstancia ― olvide y destierre de su corazón y de su alma el rencor o la ira, podrá jamás borrarlo.

Puede sanar la herida un perdón, sí, pero el Perdón Divino. Y de ese perdón no hay humano que pueda, sin estar marcándose un farol, decir que tiene la receta.

Ni en este mundo ni en ningún otro.

12 de septiembre de 2010

Etiqueta: Deliquios

Categoría: Prosa

Registered at Safe Creative

Code: 1012288150550
Date: Dec 28 2010 13:22 UTC
Author: Valentina Luján
License: All rights reserved

More information

About the creator

Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.

Top Works

View all works
Work of the month Work of the month
Destino
/ Literature
Destino
Nécora o pasteles
/ Literature
Nécora o pasteles
Dámelo
/ Literature
Dámelo
Cuerpo y alma
/ Literature
Cuerpo y alma
Extranjeros
/ Literature
Extranjeros
AMOR ETERNO
/ Literature
AMOR ETERNO
De qué
/ Literature
De qué
Vas-buscando
/ Literature
Vas-buscando
Cuatro esquinas
/ Literature
Cuatro esquinas
Omóplatos platerescos
/ Literature
Omóplatos platerescos
Do you want to be up to date with everything that happens in Creators?

Subscribe to our Safe Creative newsletters

I have read and accept the privacy policy

Submit


You have already subscribed to our newsletter.
You will receive our news soon =)


Safe Creative
© 2023 Safe Creative