About the work
https://valentina-lujan.es/doc/Nuevo%20intento%20de%20enmienda.pdf domingo, julio 05, 2009 Nuevo intento de enmienda Y en explicarme y enmendar andaba mi idea cuando "mañana" me senté frente al ordenador con el perro esta vez – no quería tener que volver a posponer ni la explicación ni la enmienda – recién paseado, pero... ¡siempre tiene que haber, ¿verdad?, un "pero"!, hete aquí que cometí la imprudencia de que, así como que por juguetear hice clic en el correo y, ahí, me encontré el siguiente mensaje. Pero, bueno, esa es una circunstancia del todo anecdótica; hay personas enormemente susceptibles, quisquillosas, que aprovechan cualquier oportunidad para ponerse ácidas. Iré a los cines Renoir y veré Gran Torino ― que ya la he visto, casualmente, pero no tengo la menor idea de la fecha de caducidad que pueda corresponder a cada nuevo visionado1 ― y habré zanjado, espero, este malentendido de manera que podré olvidar el asunto y regresar, si Dios lo tiene a bien, al mensaje en que aludía en mi entrada de este mismo blog que lleva por título Enmienda a “normas de este blog”. En aquel mensaje, recibido no por e-mail sino en el contestador, una de mis colaboradoras me hablaba a gritos, hecha una verdadera pantera, protestando que a ver por qué yo ― “usted”, decía ella francamente enfurecida ―, tan preocupada por no mezclarme con famosas, había firmado sin embargo en una plataforma ― promovida por las periodistas Isabel Durán, Isabel San Sebastián y Cristina López Schlichting (lo cual era rigurosamente cierto) ― titulada “Mujeres contra el aborto”. Me explicaba, entre gritos, que “por supuesto que estoy en contra del aborto” ― lo que me tranquilizó, en parte, alarmada en un principio ante la odiosa posibilidad de estar contando en mis filas con una abortista ― pero que, seguía, había escuchado en la radio cómo Cristina enumeraba, cada 1 Considérese que es la primera vez en toda mi vida que me encuentro ante una situación tan peculiar. tarde en su programa y “al objeto sin duda de animar a mujeres corrientes, como nosotras ― continuaba con su tono airado mi colaboradora ― a que también firmen”, una retahíla de nombres de famosas que se habían adherido a dicha plataforma. Mi colaboradora, en conclusión, se mostraba molesta por el hecho de que para algo tan obvio como ha de ser el estar contra el aborto haya que recurrir “como reclamo ― vociferaba ― a famosas que, también lo estarán y no lo dudo; pero, ¿por qué hemos de ser tratadas todas las demás como sus segundonas?”. En su opinión, en resumidas cuentas, Cristina López Schlichting había cometido ― “aun con la mejor de las intenciones” ― un error con tanto airear la participación de las famosas porque “¿qué pasa: que nosotras, las mujeres corrientes, no somos nada si no es para ir de algo así como comparsa de las que gozan de nombre y de fama?”. Y que ella, y otras muchas, se sentían muy, pero que muy ninguneadas. Yo, a mi vez, me sentí bastante consternada; y si bien es cierto que firmé aquella plataforma con gusto y convencida de que era una iniciativa francamente buena no es menos cierto que consideré que ella, mi colaboradora, tenía un algo de razón. Etiqueta: Papeles Categoría: Telas
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.