About the work
https://valentina-lujan.es/T/trescopasde.pdf Tres copas de vino y un Amaretto. Andrea se ofrece a cruzarme la calle. No hace falta, nena, yo sola puedo. Sí hace falta. Vale. Tres copas de vino y un amaretto. Un cortado, sí; pero tres copas de vino. ¡Y un amaretto! Que sí, joder, que ya lo sé. Lo que no sé es si dormiré la mona o devolveré. Nueve menos diez suena el timbre. ¿De la mañana? ¿De la noche? Y yo qué sé. Gaspar, ven con mamá. Miau. Gato cabrón. Ráscame. Y, ¿ese ojete, de ese culo? Ráscame. Y, ¿esa cola tan enhiesta? Ráscame. Encantador, delicioso, egoísmo tan limpio y tan sincero de los gatos. Mamá, nunca serás escritora. Ya lo sé. Diez menos diez. Regresa Jerry. Mamá, mi cena. Nunca serás escritora. ¿Y a mí qué coño me importa? Quiéreme. 1 de abril de 2023
Comments
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.