About the work
http://valentina-lujan.es/N/noparevers8sinrep.pdf si no fuese porque la pregunta no parece, en un principio, que pueda resultar problemática… ¿Cuántas veces lo hemos dicho? ¿Cuántas que no tiene uno, o una, o un hatajo, o una multitud por aquello de no ningunear a género alguno de especímenes etcétera más que, sin dejarse ganar por el desánimo, seguir adelante? ¿Cuántas que no hay más que llegar y decir lo primero que, como a Sergio Escalante, se le pase por la cabeza y, luego, decir que porque el padre? ¿Cuántas que nos hemos equivocado pero que en un alarde de esto y de lo otro? ¿Cuántas que no volveremos a repetir obviedades? ¿Cuántas que hemos perdido el hilo buscando un destornillador o sacacorchos o abrelatas o biela para cigüeñal de motor de combustión? ¿Cuántas que perder el hilo sería grave? ¿Cuántas que dejamos a la memoria hacer lo que le diese la real gana? ¿Cuántas que algunas tardes, sin que hubiese habido el menor indicio de que las cosas fuesen a torcerse, los planes se desbarataban? ¿Cuántas, en conclusión — y ésta es la última — a quién, solicitando detalles a veces peregrinos de tal o cual minucia, gustaba mortificar a sus… ♣ Pero no quiere ni escucharme y me corta, tajante, sin dejarme terminar la última frase, con que no me empecine en marear la perdiz porque, dice: - Me tiene sin cuidado; ni me importa ni llevo la cuenta de cuántas veces habremos repetido tales o cuales… ¿“obviedades”, dijiste?, ni el número de bielas para cigüeñal que… ¡quién no!, haya extraviado a lo largo de su vida. Pero, créeme, te conozco lo suficientemente bien para saber que, ese, te pongas como te pongas y te escudes tras el padre de quien quieras escudarte pretextando “porque”, no es tu estilo. Etiqueta: De entre los papeles de un baulito chino Categoría: Telas de araña
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.