Así que supongo que nos quedaremos callados
Alicia Bermúdez Merino
Madrid - Spain
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http://valentina-lujan.es/alicia/asiquesup.pdf que nos quedaremos callados — quiero pensar, para no quedarme por lo menos totalmente en blanco, sin mucha decisión ni demasiadas ganas, la verdad, porque yo me había encariñado con esto y mi ilusión era toda una serie de largas conversaciones — aunque quizás sólo como recurso extremo y a la desesperada, haciendo un esfuerzo tan tremendo que ya noto, con tan nada más imaginarlo, cómo a causa de la tensión emocional me laten las sienes asaltado, además, en parte por la duda, por la incertidumbre angustiosa de estarme aventurando (en solitario y sin ayuda de nadie que me oriente) en conjeturas para las que ni mi inteligencia ni mi sentir estén a lo mejor capacitados y, por otro lado y no en menor medida, por el temor de que me vuelva a echar la bronca furioso e irritado porque ¿quién eres tú, so pedazo de atún?, me podría reprender, y con razón, para embarcarte en algo tan enormemente delicado como lo es el silencio en la literatura. Así que no; no vamos a quedarnos callados y no voy a considerar ningún recurso extremo, sino que, y muy por el contrario, voy a armarme de valor y me voy a convertir en todo un charlatán… Pero, cuando ya lo tengo decidido, va y me sale con que las cosas tampoco pueden, ni deben, hacerse así, sin pensar y a lo loco y largando sin ton ni son sino con método y de forma razonada, llevando en la mente unos personajes bien definidos que interioricen, incorporen en lo más profundo de sus yoes y expresen con verosimilitud absoluta y sin fisuras no ya sólo una personalidad y una realidad intrínseca e inconfundible y única sino, además, el reflejo de toda una trayectoria vital imbuida del cúmulo de circunstancias que los han de acompañar desde la cuna hasta la tumba de las que yo — “he ahí tu principal cometido”, me advierte — habré de saber proveerlos. – ¿También la cuna y la tumba tengo que ponerlas yo? Me contesta que puedo hacerlo si quiero, que el escritor es una especie de Dios todopoderoso para su personaje y, en virtud de su poder, puede darle la vida y la muerte que, a su vez, podrá ser regalada — la primera — o contemplativa o disoluta o agitada y, la segunda, natural o violenta y en el lugar y el entorno (tanto para la una como para la otra) que a criterio de su creador vayan a resultar más aptos para cuna con dosel y sabanitas con iniciales bordadas en el embozo o para modesta sepultura sin más ornamento que una cruz de madera o, si “nuestro protagonista” — dice — es persona de posibles, uno de esos sepulcros al estilo del de Ilaria del Carreto; pero que tampoco es necesario que me tome sus indicaciones tan al pie de la letra y sí conveniente, sin embargo, que repase el último párrafo, que lo mismo me he comido alguna coma o he puesto alguna otra donde no tocaba; y los guiones, los guiones pueden si no te das cuenta modificar por completo dice el sentido de una frase y convertir un sujeto en predicado o viceversa. Porque el tema — dice — de los signos ortográficos y su acertada distribución es un punto muy, pero que muy clave. Y como lo repaso pero a pesar de algún que otro cambio de comas yo lo sigo viendo prácticamente igual, me resuelvo por, para que vea que he atendido a sus explicaciones, reemplazar los últimos renglones por: «el reflejo de toda una trayectoria vital imbuida del cúmulo de circunstancias — de las que yo, “he ahí tu principal cometido”, me advierte, habré de saber proveerlos — que los acompañarán desde la cuna hasta la tumba». P.D. A Lola no le ha parecido mal en un principio. Es decir, en un principio sí, que me ha hecho infinidad de indicaciones. Pero a mí las indicaciones me han parecido útiles porque, si trascribo su texto palabra por palabra ― y que es por cierto lo que voy a hacer, porque es más largo que este mío y, con lo difícil que resulta a veces rellenar páginas, que te den el trabajo como si dijéramos hecho no es algo de despreciar. Aunque alguna modificación haré, por supuesto, para que lleve mi toque personal, por un lado; y, por otro lado, para que mi amigo vea que tengo mi propio criterio y que no me dejo mangonear por ninguna mujer por muy lista que esta sea, y Lola está demostrando que lo es y que puede darme mucho, pero que mucho juego si, como ella misma me ha sugerido en ocasiones, me decido a contratar una cocinera porque, como ella muy bien dice, podría dedicarme, ¡fíjese!, prácticamente a tiempo completo ― o bueno, entiéndame, cuatro horas completas que es lo que… iba a escribir Versaciones de un chupaplumas Así que supongo [3] “tenemos contratado”, pero como contrato no tenemos… Pero que, en fin, cuatro horas que hoy casualmente, tendrán que verse aumentadas en 43 minutos que son los que me han tenido sin poder hacer nada por causa, tengo que contarle, de un corte de luz, primero, de 27 e, inmediatamente después, uno de agua de 15, por causa ambos, y según

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Code: 2305234394412
Date: May 23 2023 22:05 UTC
Author: Felipe Ledesma
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Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.

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