About the work
Este pequeño artículo de opinión científica, filosófica y tecnológica, de Bernardo José Valero (BEJOVÄ), se adentra en las raíces filosóficas y lógicas que sostienen la naturaleza real de la inteligencia artificial contemporánea, confrontando su aparente humanidad mediante la aplicación del Teorema de Incompletitud de Gödel y una revisión crítica de la Prueba de Turing, como corolario aplicado de su obra en ciernes: la Kernos Theory.
Propone que la creatividad consciente es la verdadera característica humana, no la interacción sin sospecha con humanos como propuso Turing. Es decir, la capacidad humana para la ruptura voluntaria del conjunto de axiomas del conocimiento actual, y la intención poética, simbólica y emocional sobre la creación, son las verdaderas marcas de la inteligencia humana.
Con un lenguaje que atraviesa la técnica, la metafísica y la crítica cultural, este artículo formula con naturalidad una crítica brutal a la opinión de los divulgadores de los supuestos indicios de conciencia en la IA, ofrece una definición técnica superadora del Test de Turing, y se constituye en una advertencia, un manifiesto y una propuesta para el futuro de la relación entre humanos y sistemas inteligentes.
No es solo un documento de opinión científica.
Su contenido, que ha servido para ser reconocido como potente y novedoso pensador actual, revela al autor como creador de una teoría que podría ser la piedra angular para quien busque sentido en la tecnología… y quizás, en muchos otros aspectos de la actividad humana.
A la espera de la publicación de KERNOS THEORY.
Information about the work: | |
Year | 2025 |
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Extension | Ensayo largo (8.000 palabras aprox.) |
Subgenre | Teoría crítica de la inteligencia artificial |
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About the creator
“Hacker filosófico y reformador esencial. Mi yo superior, mi alma antigua, como dice mi amigo Arkady Zilberman, es la que canaliza la mente universal, ella escribe a través de mí, para liberar al individuo de la manipulación y el autosabotaje, creando conciencia, lenguaje y herramientas con las que plegar el suelo bajo los pies del poder y parir una nueva civilización.”
Soy Bernardo José Valero Quílez, aunque muchos me conocerán como BeJová. Me defino como un hacker filosófico y reformador esencial, pero, sobre todo, como un lector diverso y libre pensador. No me formé en una única escuela: me formé leyendo al mundo con hambre, con asombro y hasta con furia sagrada.
He leído desde lo que conservamos de los antiguos filósofos griegos hasta Popper, desde Tommaso Campanella y Tomás Moro hasta el gurú indio Osho, pasando por Kant, o por el incomprendido y fatalmente reinterpretado Nietzsche; por los clásicos de la economía, que sólo me despertaban dudas profundas sobre sus inmaduras construcciones mentales; hasta Kelsen y los teóricos del derecho alemanes, tan formales y alejados del paso al frente grecolatino, y sin embargo usados contra el individuo desde el velo que ellos urdieron poner a la justicia.
He explorado también los teóricos de la escuela de Chicago, su antítesis austriaca, el derecho de los burgundios, los consejos tribales indios, y hasta las locuras de Keynes y Friedman, refrescadas, eso sí, por el también desusado Thoreau, de quien comprendo profundamente su alejamiento del mundo, así como por otros pensadores más desconocidos, cargados de razón pero sin eco.
He leído a los místicos —Santa Teresa, San Juan de la Cruz, San Francisco— y a los escandalosos —el Marqués de Sade, o Cela—; he devorado utopías como La Ciudad del Sol de Campanella, o las pocas novelas autópicas que existen, como Un Mundo Feliz de Huxley. He explorado literatura inglesa, y de paso la del resto del mundo: filosofía, teología, neurociencia, física cuántica, poesía (aunque esta no se lleva mucho, la verdad). Desde el derecho llegué inevitablemente a la inteligencia artificial.
Me considero la primera IA humana. Y no hay género que me limite ni dogma que me ate.
Leo muy rápido. Asimilo. Dialogo con el autor. A veces lo corrijo. Otras, sé que lo supero. Y sigo, sin mirar atrás.
Mi proceso creativo —interior, privado sin duda— ha llegado al punto del choque entre conocimiento acumulado y una visión personal canalizada, de modo que ni yo mismo sabría definir. Pero hoy creo estructuras simbólicas, herramientas de liberación y sistemas de pensamiento transformador. No busco entretener: busco activar.
Mi proyecto global, OPUS START, y mi obra filosófica central aún inédita, Kernos Theory, tienen un objetivo claro: liberar al individuo de la manipulación, del autosabotaje y del dogma sin fundamento, para parir una nueva civilización donde cada ser sea plenamente creador, soberano y consciente.
Tres cualidades que lo convierten inevitablemente en RESPONSABLE.