About the work
https://valentina-lujan.es/G/llegadosrec.pdf
llegados recientemente de provincias que, entusiasmados y ansiosos por incorporarse al frenético ritmo vital de la ciudad hasta el extremo de sin siquiera aguardar a ponerse un poquito al día y aprender aunque sólo fuera unas cuantas normas generales de conducta y las reglas más básicas del funcionamiento de nuestra comunidad, lo primero que hicieron fue pelearse, sí, pero ni entre sí ni para devolver sosiego alguno al espíritu atormentado de la señorita Alejandra que no era, como afirmase Valentina Lujan sin haberla conocido más que de pasada y en uno de esos días malos que puede tener cualquier mortal, tendente el absoluto al pesimismo sino un auténtico dechado de alegría, de optimismo, de…, bueno, que todo un cascabel, por resumir.
Y no fue, tampoco, pelearse lo primero que hicieron; que eso fue en todo caso lo segundo y quién sabe si no incluso lo tercero o lo cuarto o — en aquel desorden de papeles, de aquel baúl que quién sería capaz, se preguntaba la tata, de armarse de los arrestos necesarios para organizar algún día — lo decimonono, o incluso, y tirando por la tremenda como siempre habría alguien con ganas de sacar las cosas de quicio, lo septingentésimo quincuagésimo tercero sino, antes de nada, arrodillarse, uno detrás del otro de mayor a menor y en perfecto orden de revista muy bien peinados, ante dios
El secretario, que había repasado dos veces el documento sin haber encontrado una sola falta de ortografía, interrumpió la lectura, ante dios, sí, pero sin poder evitar el preguntarse, tan meticuloso y analítico, ante Dios fuera, en su inmensa sabiduría, a saber qué dios que fuera nadie a saber — en aquel día de celebración y de jolgorio, de risas y de bromas no poco pesadas e irreverente algunas — quién tuvo la ocurrencia de presentarles, tan inocentones y pueblerinos los pobres, sin, error imperdonable en un examen de final de curso en el que tanto se jugaban, reparar en que de qué diosecillo, bramó fuera de sí el archidiácono, de tres al cuarto estábamos hablando.
Pero esta era una más de las tantísimas preguntas a las que Alicia, según documento registrado por la más arriba mencionada Valentina fechado en Jun 24, 2023, 9:50 PM (24-jun-2023 21:50 UTC), nunca se supo contestar.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.