About the work
http://valentina-lujan.es/E/ellacontestoque.pdf
ella contestó que no; que había dormido mal y que se sentía cansada. Y comprendió entonces que no había elegido bien, o que vencida por el sueño se había confundido de orden y había dejado lo de descansar para el final; y hoy, precisamente hoy, hoy precisamente que hubiese querido estar despejada porque tenía que defender un caso muy, pero que muy delicado que, consideró, cuántos menos quebraderos de cabeza estaría teniendo ella siendo una mujer sin estudios ni instrucción (ni primera instancia, si pudiese elegir) y esposa de un chatarrero ─ se le ocurrió ─, madre de un hatajo de chiquillos luciferes pero con infinitamente menos quebraderos de cab…
No, que eso ya lo había dicho y “¿ves ─ le dijo al marido ─ como estoy cansada?”.
Y que ahora tendría que desdecirse.
- Pero ─ dijo el marido ─ como estás retractándote puedes aprovechar y meterlo todo en el mismo saco.
- “Pieza separada” ─ le corrigió ─, cariño.
- ¿Separada de qué?
- Pues me figuro ─ respondió, evasiva ─ que de todo lo demás, tesoro ¿De qué iba a ser?
Que “quién me mandaría a mí ─ pensó ─ meterme a letrada”.
Y como así al pronto no iba a poder encontrar la respuesta, tanto como hay que llevar en la cabeza para ser una mujer de hoy, apuntó en una servilletita de papel “consultar el sumario” sin ni terminar el segundo churro, y se la guardó en el bolso.
FIN
Nota:
Aquí se cierra el círculo ─ dijo don Cliptemestro ─ 255-0-255
...
De un capítulo de la historia de la abogada del novio de la fisioterapeuta del señor Ramírez (padre) que, no hallando modo de poner en conocimiento de su cónyuge que se había enamorado de su cliente sin herir su vanidad, no lograba conciliar el sueño ni, la bisabuela, mientras su descalzadora se lo relataba, la paz de espíritu preguntándose “no sé dónde vamos a llegar con tanta especialización, esto podría hacerlo yo misma o ayudarme Montano”, que alguna vez se lo llegó a decir y, al marido, cómo alcanzar a adivinar (pese a haber sabido incorporarse con facilidad portentosa a los tiempos modernos) de cuál de los tres sería el cliente del que el o la insomne se había enamorado…
− Que no he querido, Montano ― le decía contándoselo ―, incordiarla con mis tontas preguntas tanto trabajo que deben de darle los cordones con tantos ojetes, pero no lo entiendo; no lo entiendo ni aun sin herir una vanidad que, no sé por qué, he pensado que podía ser una pista porque me ha parecido importante.
Y, el bisabuelo, que “pues ahí tienes el porqué´”.
Y que no le diese tantas vueltas.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.