About the work
https://valentina-lujan.es/trans/Nodijotanto.pdf
como habría podido o le hubiese gustado decir si en vez de por designación, siempre arbitraria y a capricho del director guiado las más de las veces por presiones de unos patrocinadores hostigados a su vez por sus respectivos consejos de administración, le hubiera tocado por sorteo porque en tal caso, y estaba segura de ello, la suerte, tan reacia a atender los designios no menos caprichosos de un azar del que hasta la fecha había ido logrando — con trampas, sí, y pequeños engaños, pero lográndolo — saborear la enorme satisfacción de desembarazarse, habría acudido solícita en su amparo y, entonces…
Se quedó ahora, aquí, pensativa por unos momentos, entornando los ojos y frunciendo el ceño simulando estar haciendo el esfuerzo de recordar la continuación de aquel lejano, manoseado entonces, que de tan repetido era ya un eterno presente cuando no — y esa era la amenaza que le tenía el corazón en un puño — el augurio de un futuro estancado, aprisionado en las redes de promesas olvidadizas de recuerdos zarandeados por una memoria puede que no cruel pero sí excesivamente permisiva para con…
Y volvió a simular quedarse pensativa, por otros momentos que nunca ya serían los mismos, con los ojos de ahora entornados y el ceño fruncido sin siquiera tomarse la molestia de aparentar estar haciendo el esfuerzo de recordar la continuación de…
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.