About the work
http://valentina-lujan.es/H/hastaque.pdf
hasta que cuando hubo pasado el tiempo que, en atención al espíritu deportivo que con tanta pasión sacaba adelante José María si había suerte y lucía el sol o nada más se veían en el cielo nubecillas, denominábamos muerto y era el que había de suponerse estipulado para esperar a que Diana recuperase el oremus y volviera a su ser y se irguiera tal cómo estaba escrito bajo la claraboya pero, como todos sabíamos que eso de suponer es arriesgarse a llevarse un buen chasco, solíamos con el fin de ir sobre seguro utilizar en aguardar a que llegase el viernes próximo y, con él, el tren de las 14:32 a las 15:43 exactamente porque era muy puntual con sus retrasos y descendiese acarreando maletas y sombrillas la nueva remesa de aspirantes entre los que habría, casi seguro, alguna chica de estatura y complexión un poco parecida a la que pudiera servirle el vestido o, si no le servía del todo, que fuese Dios quisiera un poquito más delgada y poderle meter en las costuras, porque si fuese más gorda no habría de dónde sacar y tendríamos que recurrir a Florentina, que la talla la daba muy bien, pero con el inconveniente de que, si bien el oremus lo recuperaba a una velocidad prodigiosa y eso había que reconocérselo, tenía el pelo largo y era de todos conocido que no aceptaría cortárselo por muy buena que fuese la oferta que pudiéramos hacerle, y encima era morena mientras que Diana era rubia y lo llevaba muy cortito y, encima, rizado cuando, por añadidura, con que Florentina se aviniese a un tinte y una permanente no se podía para nada contar porque decía que se le quedaría el pelo hecho un estropajo.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.