About the work
http://valentina-lujan.es/trans/Lainvitabadeleit.pdf
de tal o cual ortóptero; goce que Recareda solía rehusar con aspavientos exagerados y protestas bastante más ásperas de lo que estaría correspondiendo en puridad a una fámula de las de toda la vida, a cualquiera de la infinidad de criadas que habrían hecho por qué no un papel buenísimo pero Georgina — tan pagada de sí misma y tan soberbia — rechazó bajo pretextos tan inconsistentes como que cuando papá dijese "ortóptero" no iban a saber ellas adonde exactamente tenían que mirar o que, en caso de acertar ya que entre las candidatas había algunas que habían sacado sobresaliente en ciencias naturales, se pusieran completamente histéricas y a pegar saltos y proferir gritos.
Pero temerosa esta vez, supuse ― aunque esto quizá no lo sepan las Carvajal ― de que volviera el portavoz del grupo a tergiversar sus palabras sin quererlo, no dijo tanto sino que después de lo de las pastillas de siempre se calló, como siempre, porque papá tenía razón — dijo, y que esto era nada más el principio — y no convenía quemarse y sí hacer acopio de energía para ir cubriendo las etapas que el propio camino fuese deparando; así que se quedó ahí sentada esperando a que Atalanta, en la fila de atrás y distraída en contarse chismorreos picantes con su amiga Felicia, se enfadara y dijese aquello de la mocosa cursi que se negaba a decir culo.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.