About the work
https://valentina-lujan.es/H/lasolucionque.pdf
luego, cuando los hechos se manifestasen abiertamente irreversibles, de par en par investidos de todo el esplendor de su poderío y todos nosotros contentos y felices o por lo menos satisfechos de no haber hecho el más espantoso de los ridículos — teniendo, como teníamos, que competir en justas rivalidades (aunque por fortuna no en torneos ni a caballo) con las de segundo C, que hacían siempre unos ridículos muy bonitos —, se mostraría no tan magnífica como pareciese cuando, en el casting —y asesorada por un coach por el que todas las demás soluciones se habían peleado a brazo partido porque tenía muchísima fama y, como es natural, todas querían ser la mejor—, la viéramos vestida de amazona y a caballo sino, para desencanto de un público ansioso de novedades, ataviada con sus ropas de siempre y sus tacones, demasiado altos para resultar creíbles si se consideraba la torpeza de la susodicha y el camino, demasiado largo y harto pedregoso que habría de recorrer hasta hacerse patente con tan — el asesor de imagen (y, si el titular estaba malo, algunas veces hasta de sonido) no dejaría de insistir en este punto tan negro — poquito brillo; pero, y esta era una particularidad que también convendría que se considerase, perfectamente maquillada, eso sí (y había que resaltarlo en rojo o en negrita), con la manicura recién hecha (eso también) y, como colofón y adorno de su figura, una permanente que, amén de quedar muy natural, casi no se notaba que estaba recién hecha aunque la madre, buena mujer en esencia pero no poco roñosa y agarrada en potencia, se lamentó de “pues, aquí donde usted ve estos bucles, me han costado una pasta”. Y que qué lástima.
Registered at Safe Creative
Code: | 2405248080483 |
---|---|
Date: | May 24 2024 17:59 UTC |
Author: | La Retamales |
License: | All rights reserved |
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.