About the work
http://valentina-lujan.es/alicia/porponer.pdf
y aunque el “caso” en
cuestión me resulte tan
poquito excitante porque
para ser sincero “a ti te
gustaría, ¿a que sí?” ―
dice ― algo de más
emoción, algo con riesgo,
algo que pusiera de
manifiesto mis dotes o
habilidades para algo
grande.
Pero, entendiendo que ― en nombre de
eso mismo que, según veníamos de decir (no
haría si es que a él no le fallaba la memoria más de dos o tres semanas), en
líneas generales admitiría sin ofrecer excesiva resistencia el calificativo de
“principios” ― más valía andarse con tiento y empezar sin demasiadas
pretensiones y despacito, se hacía cargo perfectamente de cuál pudiera estar
siendo mi punto de vista y aplaudía mi admirable modestia asumiendo la
humilde condición de hombrecillo gris mal trajeado y harto de judías con
chorizo que, pudiendo haber llegado a ministro, se contentaba aunque fuese
profundamente entristecido con ser un escritor mediocre aunque, me
ofreció, si prefería ser alguna otra cosa…
– No ― le contesté echando con disimulo una ojeada a mi traje de
corte impecable y a los gemelos que me regaló mi tía, no la del periquito
sino mi tía Luisa; que en los puños de la camisa color azul claro quedaban
muy bonitos ―; escritor mediocre puede estar, para una primera toma de
contacto con un mundo tan distinto del mío, bastante bien.
– Ya, pero ― replicó ― tampoco es del todo imprescindible
quedarse con lo primero que el destino depara y si, ahora que estamos
dando apenas los primeros pasos, tú crees que…
–No creo nada, de verdad ― le aseguré ―; y si bien es cierto que
hubo un tiempo, cuando era niño, que quería ser esto o lo otro, a día de hoy
ser escritor mediocre colma, podría decirse, mis aspiraciones…
– ¿Estás seguro?
– Sí.
– ¿Del todo?
– Sí. De veras…
Comments
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.