About the work
http://valentina-lujan.es/A/expte.%208549237%20G.pdf
que es el que Gutiérrez me trajo aquella mañana al objeto de que pudiera yo hacer ciertas comprobaciones imprescindibles para que se pudiera proceder a un desahucio pero, para mi sorpresa — lo que desde luego no habría ocurrido si se hubiese tratado de una comprobación rutinaria pero, al tratarse de un tema al parecer bastante delicado contra el que ya se habían interpuesto innumerables recursos y el caso, además de estar trayendo cola (véase si no el número de expediente tan antiguo y lo amarillenta que está la hoja), era no poco atípico me alargué, como cosa excepcional, un poco más —, entre los folios tercero y cuarto encontré esto tan inquietante:
Yo, ya lo he dicho aunque no me importa repetirlo, no tenía internet en mi móvil de entonces y no podía por tanto ir a los enlaces que figuraban allí anotados pero, a pesar de que Lola se mostraba muy distante desde el percance de los cuadraditos y las flechas y apenas me dirigía la palabra — ya aquella misma mañana, bueno, a medio día, cuando llegué me encontré en la puerta de la nevera uno de esos papelitos amarillos adhesivos que, en esa letra tan elegante llamada “inglesa”, rezaba sin ambages ni condolencias
— me hice una fotocopia para enseñársela y pedirle que por favor fuese a aquellos enlaces insertados en un texto que me recordaba (y eso era lo sorprendente) tan vivamente, excepto por la diferencia de que entre nosotros no existía confianza, lo que yo mismo (aunque en mi caso ya desarrollado y en mi Bookman Old Style negrita azul oscuro de siempre) escribiese en referencia a la visita de ella.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.