Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/T/tianinesvers.pdf
«a ver cuando me hace usté unas poquitas»
Porque la tía Nines era gordita… por decirlo suave, o por lo menos con la suavidad que lo decía el abuelo Apolonio, que la adoraba.
Pero se la adorase o no ― que como es natural tenía también sus detractores ― en lo que había que estar de acuerdo era en que siempre fue una verdadera monería de gorda con su cinturita, muy bien marcada, y sus tobillos finos y su busto tan firme; y su boca tan roja y aquellos ojos suyos y… aunque para qué describirla si, entre las fotografías encontradas en una caja de alfajores La Estepeña que permaneció durante años olvidada ― hasta que nos cambiamos de casa y en la mudanza se vaciaron todos ― en uno de los cajones del escritorio, apareció ésta de la única vez en toda su vida que salió de casa para, por cierto y qué comparaciones tan tontas pueden hacerse a veces, poner sus piececitos desnudos en una playa.
Pero no se ahogó; o no porque no supiese nadar – que en verdad no sabía – sino porque pese a todos los dimes y diretes (que es como Alicia Lastra nunca llamó a los “chismorreos” pero ciertas pretensiones literarias trascribieron así) Nines no cometió, hasta el fin de sus días, ninguna insensatez irreversible…
(Continuará)
Registrado en Safe Creative
Código: | 2404137635643 |
---|---|
Fecha: | 13-abr-2024 10:20 UTC |
Autor: | Felipe el segundo |
Licencia: | Todos los derechos reservados |
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.