About the work
https://valentina-lujan.es/G/peroloquepregen.pdf
Pero, lo que pregunta en realidad, es:
– ¿Así que eso es todo?
– Bueno ― contesto ―, naturalmente tengo… bueno, mira, ya lo has visto (y le enseño la página en que he hecho las anotaciones en rojo indicándole, con el bolígrafo, la palabra “Desarrollar”); pero creo que entre lo de mi madre, y lo de tu novia, y lo de la señora de la limpieza y unas cuantas cosillas más, me parece que lo de tu nov…
– Lo de mi novia ― dice, sin dejarme terminar el planteamiento ―, casi va a ser mejor que lo olvides o, por lo menos, lo dejes de momento un poquito aparcado.
– ¿Eso precisamente?
– Eso precisamente.
– ¿Estás queriendo decir que no te entusiasm…
– No.
– O sea: que sí te entusiasma.
– ¿No te he dicho que no?
– Pero, una criatura tan deliciosa… De acuerdo que lo que se dice una beldad no será, eso ya lo sabemos, ¿pero estás seguro de que con el resto de sus innumerables atractivos no t…
– No, no tenemos suficiente.
– ¿Lo has pensado bien?
– No hay que pensarlo mucho. No tenemos, es más que evidente, ni los elementos de juicio, ni la madurez imprescindible para embarcarnos en una historia de amor. Así que…
– A ella no la conozco, pero tú, madurez, si no recuerdo mal yo soy tan sólo unos meses más joven que tú, y ya no voy a cumplir los…
– ¿Y qué quieres decirme con eso; o es que piensas acaso que porque sólo seas un poco más joven ya eres un viej…
– ¡No; por supuesto que no! Pero sí lo bastante adulto como para darme cuenta de que ya va siendo hora para determinadas cosas. Luego, va pasando el tiempo y, cuando quiere uno darse cuenta…
– No, si algo de razón puedes estar teniendo. Pero, aun así…
– Venga, hombre, anímate.
– No seas terco, ¿quieres?
– De acuerdo, de acuerdo; lo que tú quieras y como tú lo quieras, yo tan sólo soy un aficionado en estas lides, pero, estoy plenamente convencido de que todo lo relacionado con el amor da much…
– Oh, sí. Muchas alegrías, muchas satisfacciones, pero tan… No sé, hace falta mucho tacto, mucha destreza, una sensibilidad muy especial para desenvolverse con soltura en un terreno tan delicado como es el del amor y, sobre todo, como es nuestro caso, cuando no queremos bajo ningún concepto caer en tópicos ni en lugares comunes ni en…
– Lo del Retiro, te advierto… Ya sabes, lo de las barcas y todo eso. Se puede suprimir, no es tan…
– ¿Qué barcas?
– ¿Y qué barcas quieres que sean? Pues las barcas del lago… Mira, aquí las tengo…
Y lee:
Pero cuando termina de leer dice que no, que de eso nada y que lo que yo quiero, salta a la vista, dice, es deshacerme del viejo cueste lo que cueste echando mano si es necesario de cualquier subterfugio aunque sea de lo más infumable; pero que si me apetece, porque esa concesión sí me la hace, puedo dejar las barcas y a los que se pasean y a los que hacen caricaturas y a los que echan las cartas y hasta (porque se ha debido de poner, recordando, un poco romántico) algún gorrioncillo cantando tan alegre en una rama.
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Porque el borrador sí le gustó — que tengo que acordarme entonces de quitarle la marca de agua y poner el texto en la fuente y el color habituales — pero el otro modelo para la pregunta no (que me tengo que acordar de suprimirlo). Así que lo que de verdad pregunta en realidad es esto.
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.