About the work
https://valentina-lujan.es/H/fractal.pdf
Una vez, cuando era muy niña, no tendría más de 7 años —que a lo mejor incluso menos, pues recuerdo que me llevaban de la mano y mi brazo estirado hacia arriba—, caminábamos por un campo, en un pueblo de la Mancha, y me quedé fascinada mirando algo que me pareció maravillosamente bello.
A estas alturas de mi vida no sé si tengo medio claro qué es un fractal, de manera que entonces imagínate…
Fascinada mirando aquel brillo, aquella tersura, aquel fractal absolutamente perfecto, aquella… no sé, ¿geometría?
Miraba embelesada, absorta.
La persona que me llevaba tiró de mí; y caminé mirando hacia atrás, sin acertar a apartar la vista y pensando vaya usted a saber quién sabe qué.
A lo largo de tantos años como han pasado me vuelve a la cabeza a veces y, casi siempre, cuando veo algo que es oficial o “políticamente” bello.
Y, pienso “mira, sin pensar y con el culo”.
Era una caca, recién hechita, aún no deterioradas su perfección, su armonía, su belleza por la acción de los elementos ni por eso tan cruel y despiadado que llamamos tiempo.
Y la vaca, tan irracional, tan sin darse cuenta, tan sin esfuerzo alguno, tan sin envanecerse de haber creado una obra de arte.
Del amor, sin embargo, no creo haber vivido una experiencia tan fehaciente, tan sorprendente o impensada, que me anime a afirmar “esto es, absolutamente” sin la sombra de una duda.
Que —ahora que lo pienso—, pensándolo bien caigo en la cuenta de que a lo mejor es porque ya sí sé que pienso, y también qué.
“Lástima” —Pienso.
14 de junio de 2023
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.