About the work
https://valentina-lujan.es/H/presagio.pdf
Tal vez entre las ramas azuladas de un otoño tardío o las fauces herméticas de un cielo de armadillos, pudiera, si el canto de los asteriscos no se quebrase en los ángulos moribundos ya de una bandada de perfiles, asirse y, aunque fuese a muy duras penas, trepar hasta la lúgubre hondonada que se deshacía en protestas errabundas, para, allí, tras desperezarse y bostezar, reunir las escasas prendas desparejadas y dispersas de valor que aún conservaba y descender, desde lo más profundo, a encaramarse, ya se vería si a tientas o a horcajadas, sobre el fragor, aquejado ya de su sempiterno halo ahora sin brillo, y velar, ora los muertos o unos cuantos olvidos, ora los restos de algún festín nupcial o a contracorriente y moliente despertar sobresaltado.
Porque la suerte, bien lo sabía, vendría, con su paso tan vivo y siempre tan solícita, a mostrarse una vez más distante cuando no abiertamente y a pecho descubierto esquiva.
12 de febrero de 2023
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.