About the work
https://valentina-lujan.es/S/silosplintos.pdf
Si los plintos y peanas y parcelas con hectáreas más pequeñas que milenios pero más tristes que alhóndigas que abandonan a su suerte en manos de los infames que embebidos en soberbia no distribuyen sus cálices, no es porque no se comprenda que renieguen de las tórridas latitudes en que saltan, o se aposentan o plantan, contorsionistas o santos o algarrobos o se enfaden con las parturientas jóvenes ni con los arrieros torpes sino porque cuando atisban a lo lejos las borrascas los ojeadores que acechan por ver quién gana a la brisca, ellos se esconden ahítos de tanto trato proscrito y de tan dulces desquites como se ciernen contritos sobre sus pies y sus cientos de ringleras paralelas de melones o pimientos o, en su defecto, de arpegios.
17 de noviembre de 2017
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.