About the work
https://valentina-lujan.es/B/24del12de2022.pdf
En el momento en que tomo la foto son las 21:24
Al hombre lo vi unos minutos antes, y me llamó la atención ahí, tan solo.
He tratado de verlo mejor, con los prismáticos; pero sólo alcanzo a distinguir que es negro, muy negro, y que no duerme. Parece tener algo en las manos, que no alcanzo a poder distinguir, y que lo mira (creo), lo que me hace suponer que puede ser un móvil o Tablet.
La sensación que me da es de estar despejado y tranquilo.
En este momento son las 21:56, y sigue ahí, en el mismo banco…
Y la ropa. Parece el uniforme que utilizan los barrenderos.
¿Será barrendero que al terminar su turno de trabajo no ha tenido una familia con la que reunirse?
A las 22:03 continúa en el mismo lugar y en la misma postura. Ni dormido ni bebido; estoy segura.
¿Se sentirá triste?
¿Se sentirá solo?
¿En qué estará pensando?
¿En su país, en su gente, en su familia?
¿Sera la Navidad, entre los suyos, una fiesta tan fiesta como lo es para nosotros?
¿Le gustaría que alguien le hablara, que alguien se acercase en la glorieta desierta…
22:10
¡¡¡Se ha marchado!!!
En el intervalo de siete minutos ha dejado de estar ahí.
Miro, desde la ventana, claro, en todas direcciones, pero no lo veo alejarse ni caminar por ninguna de las calles que convergen en la glorieta; de manera que si acabase de ponerse de pie me habría dado tiempo de ver para donde tiraba.
22:22
¡¡¡Lo he visto!!!
En el bulevar, y se pasea.
22:28
Ha vuelto al banco, y otra vez está sentado.
Dentro de un rato, a eso de las once, bajaré con Jerry a que levante su pata, y pienso si sería buena idea acercarme y decirle hola.
Pero con Jerry no me atrevo, que se puede liar a ladridos y asustarlo o enfadarlo; Jerry suele ladrar a los que ve diferentes y se suaviza enseguida si a la persona le gustan los perros o por lo menos él no les da miedo.
Así que con Jerry no me atrevo.
Y sin Jerry no me atrevo tampoco. Que cómo puede reaccionar el hombre si una desconocida se le acerca, le habla, en la soledad de la noche en que, cenando todo el mundo, no se mueve ni un alma y cruza, de tanto en tanto, algún coche.
Pienso también en cuantas vidas y maneras tan distintas de sentirlas y vivirlas hay.
Y en cuántas personas, a las 22:38, estarán observando desde su ventana a un negro vestido de barrendero, ni borracho ni dormido, sentado en un banco.
¿Qué sucedería si le hablase?
Pero se que no voy a hacerlo.
Me calzaré y pondré el abrigo, para bajar con Jerry. Que, como es lógico, el paseador esta noche no viene.
Luego leeré un rato.
O miraré alguna película en Netflix.
Enigmas
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.