About the work
https://valentina-lujan.es/doc/Vidasdos.pdf
(Texto en imagen pdf)
Oyendo cómo todos querían salir de sus vidas yo me seguía
mirando y unos se paraban y otros corrían más rápido de lo
que jamás corrieran hasta, al menos, la última de las fechas
que habiendo hecho méritos suficientes para ser merecedora
de honor tan insigne cual lo es el pasar a la HISTORIA con
mayúsculas que podía verse en Copperplate Gothic Light y
enormes caracteres muy bien dibujada, cada letra en un color
distinto y con cuidado de que la combinación fuese armoniosa
y no hiriese por un pelillos a la mar de tres al cuarto y sin
necesidad ninguna las sensibilidades de ningún ciudadano o
ciudadana por, total, algo tan tonto como que una “hache”1
amarilla2 fuese, de manera irreflexiva o imprudente, a quedar
al lado de una “i” latina roja evocando la bandera alemana o la
de Andorra o la belga o la de Benín o, por no alargarnos hasta
la T de Timor Oriental3, quedarnos por tomar un ejemplo
cercano con la española o, la “i” roja, al lado una “ese” negra
enalteciendo la de Afganistán o la de Angola desatando las
iras de alemanes reclamando que qué pasa con
Comments
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.