About the work
https://valentina-lujan.es/O/objeciviole.pdf
aduciendo que sí, que muy bien, que el razonamiento y sin entrar en si inductivo o deductivo porque a saber por dónde y tantos como aun sin contar con mi suegra y mi cuñada —que les molestó mucho, por cierto, asegurando que elevarían la queja correspondiente a las más altas instancias; pero que, por fortuna, no teniendo voz ni voto se vieron obligadas a no abrir el pico — éramos los reunidos saldríamos, parecía que Desideria lo había hecho bien y no tenía ella nada que decir al respecto, pero que lo que de verdad la tenía en ascuas era el si sería posible estar seguros de que la doncella de Emérita no tuvo ciertamente ni hijos ni sobrinos ni prohijados porque, de lo contrario y teniendo constancia como se tenía de que jamás había tenido marido ni hermanos ni los recursos económicos (por no hablar de una generosidad de la que se sabía, por referencias, que era escasa) para adoptar a huérfano alguno, no sería del todo un disparate entrar en la sospecha de que, aún habiéndolo llevado siempre en secreto, la madre del tal Raúl fuese ella y, en tal caso, habría de ser expulsada de nuestra comunidad, tan pequeña sí, y tan de andar por casa, también, pero tan respetable como Genoveva con tantísimo esmero la diseñara y en la que no se admitían, y en los estatutos figuraba, ni madres solteras ni más mascotas o animales de compañía que no fuesen perros o gatos o, como caso excepcional, la cotorra de doña Emerenciana a la que, aquejada de demencia senil, cuidaba una sobrina antipática pero bastante guapa y, se decía, que envuelta, cuando se la veía, en plumas de marabú y un misterioso pasado.
Papeles
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.