About the work
http://valentina-lujan.es/T/teresitaledesma.pdf
►Teresita Ledesma
Que como se indicó más arriba, aunque no habría hecho falta porque salta a la vista, era muy meticulosa en sus trabajos, presentados en letra no grande pero sí muy clarita y utilizando con mucho acierto - y esto doña Telma lo valoraba en mucho - los rotuladores de distintos colores para enfatizar determinados párrafos.
Pero un “poquito despistada” ―decía tan benévola siempre la tata Gloria― jugando.
A lo que Basilia, bastante más raspa, saltaba como si le hubiera picado una avispa que “o un muchito tramposa”; porque, y también saltaba a la vista y eso había que reconocerlo aunque nos llevase toda la tarde y la señorita se desesperase, no estaba jugando con el mismo distintivo en las dos bazas.
Surgía así, por tanto, una nueva pregunta:
¿Era Teresita Ledesma despistada o tramposa?
Pero sonaba el timbre y, “vaya ―decía la señorita con voz de disgusto, cuando saltaba (eso también) a la vista que lo había hecho adrede―, no tenemos tiempo”.
Y que la respuesta la quería, sin tachones ni faltas de ortografía ¡y no copiaros, que me os conozco! Mañana sin falta.
Y, las madres, protestando que a ver por qué a sus niños/as tenían que mandarles tantos deberes para casa.
Papeles
Comments
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.