About the work
https://valentina-lujan.es/R/rinocerontes.pdf
Rinocerontes rumiando romances reducen el riesgo de rendir la rueda que aguarda a la espera de que la pereza recoja los frutos de la duermevela en que se recrea, con rumor creciente, la críptica arenga que tras recurrirse a ratos perdidos pervierte el pronóstico precario de ritmos y, rígido o romo, rotundo o perverso, desgarra el augurio precoz que corrompe precisión que prime, prometa y redima, remembranza prófuga de frugal verídica verbosidad próxima a premuras prístinas.
Y prorrumpe intrépida en el remolino en que se recrea el crujiente arrojo remembranza tórrida de trifulcas tétricas corroyendo trágicos trasuntos de treguas que se distribuyen destruyendo pruebas que rasguen la rúbrica de tardas quebradas rubicundas treguas pregonando estruendos que surcan el curso de ríos y de arroyos que riegan rugientes parajes remotos rematando inciertos acuerdos perdidos entre mil precarios principios remisos a arrastrarse ingrávidos sobre los rebozos, argucias y apremios en que se reprueban rigores y riesgos y rancias propuestas tornadas ridículas al amparo abstruso de quehaceres pírricos.
Y murmura airada reproches y afrentas y promete ofrendas y farfulla réplicas; y permuta frases por fresas y frisos y por filigranas de verde y de grana con frescas fragancias que recuerdan tórridas tardes de verano de brisa a la sombra flagrante que irrumpe en el irredento rincón en que alberga el corazón rotos recuerdos marchitos y trozos de acuerdos y trazos prendidos entre ringorránguica profusión de esfuerzos tercos por asirse al anterior siempre para no perderse ni rendirse presos de horror al tremendo pavor que provoca no estar a la altura de qué es requerido cerca del pretexto de cerrar el círculo.
26 de marzo de 2023
Oquios
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.