About the work
https://valentina-lujan.es/A/antecualquier.pdf
Ante cualquier circunstancia de la vida una persona puede reaccionar, responder, de maneras muy diferentes en función de un estado de ánimo puramente puntual. Pero cada instante del vivir está ineludiblemente marcado, estigmatizado, por estados de ánimo puramente puntuales.
Y no es posible a la persona sustraerse al hecho de reconocerse en todos y cada uno de los “personajes” – por dispares que sean y por más que unos sean de su agrado y a otros los deteste – que ha representado o que, por el contrario (y que también puede ser), la han representado, mostrado con muy distintos y variados perfiles frente al posible espectador que, a su vez, la observará desde el personaje puramente puntual que le está representando o está representando él.
¿Y cuál es la autenticidad, la identidad única y unívoca, tanto del observado como del observador?
Una actitud, una forma de comportarse y de reaccionar o la contraria ¿Cómo puede dictaminar nadie con objetividad y desapasionamiento absolutos cuál es la más idónea, la que mejor se adecúa a la situación que la desencadenó?
¿Cómo podemos saber cuál es nuestro verdadero yo?
15 de diciembre de 2017
Oquios
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.