About the work
https://valentina-lujan.es/E/elpreguntara.pdf
Él preguntará, muy extrañado cuando lo lea, que por qué; y yo, tratando de esquivar su mirada, responderé en plan evasivo y haciéndome un poquito el mártir, el muy desgraciado y desvalido, que no sé.
– ¿Cómo que no sabes? – dirá.
– No – diré, como no queriendo hablar más del asunto –; no lo sé.
– A ti te pasa algo – dirá él entonces, al verme tan alicaído y ojibajo.
– No; no me pasa nada – insistiré.
Él entonces insistirá con “vamos, déjate de tonterías; sé perfectamente que algo te pasa”.
Yo le contestaré, aprovechando la coyuntura, no que preferiría que me dijera lo del ponche calentito y la aspirina y colgase “porque, perdona, pero hoy no tengo ganas de hablar” – porque la mía, por lo menos, no es de las que dicen tan fácilmente “bueno, pues que te mejores” y adiós sino de las que se enrollan y me acabaría desconcentrando, ahora que ya parece que me empiezo a organizar – sino que, si tanto insiste “y tan interesado estás, ¿Te será tan difícil, llegados a este punto y tan bien que va, tirarme con habilidad de la lengua para que yo, que soy quien tiene los recursos porque para eso soy ahora el escritor, te dé una pista por lo menos de por qué estoy deprimido y pueda gracias a tus acertadas conjeturas emborronar unos poquitos folios más?”.
– “¡Emborronar!”… ¿Ves como es verdad que estás deprimido? – exclamará.
Y, para animarme – porque es “un amigo” –, querrá apartar de mi ánimo atribulado los sombríos pensamientos que me tienen afligido echando mano, seguro, del asunto aquel tan divertido (entendí) de la muy buena noticia que tenía que darle.
– ¿Una noticia? – preguntaré yo con extrañeza
– Una noticia, si – responderá.
– ¿Buena? – recabaré.
– Buena – repetirá.
Yo diré – encogiéndome de hombros – que no sé, pero que no recuerdo nada de ninguna noticia buena.
Él pondrá el grito en el cielo enteramente asombrado de que se me haya podido olvidar “algo que, y mira que te lo puse en bandeja con lo de la novia y tal” y, exclamando “¡hombre, por Dios, pero si se trataba nada menos que de algo tan… !”, me lo contará y, así, sin sentir como quien dice, tendré unos poquitos folios más que emborronar…
¡Hala; ya está!
Versaciones
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.