About the work
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en el que tantas tardes Ciriaquito iba a esconderse huyendo, entre las risas ahogadas de las niñas — que, se burlaba con su habitual tono cansino Ofelia, más que como risas sonaban como cloqueos de gallina si no daba la casualidad de que quien relatara los hechos acaecidos fuese “una de las de Carlota”, tan brillantes siempre y con aquella soltura de que sabía dotarlas — y de algún otro ya más que adolescente de aquellos de los que la madre de don Arnaldo decía que nunca madurarían, del enfado de Matilde encajando, tan de malísimo grado , las bromas pesadas que no se cansaba él de gastarle a costa de la irritación que a ella le producía aquel lujo falso con que Dorotea se esforzaba en “dar prestancia” al almacén hacía ya años vacío de lo que fuera en otro tiempo la tienda de ultramarinos del abuelo de las de Maluenda pero conservaba aquella mezcla densa de olores evocando colas de bacalao y pastillas de jabón Lagarto y longaniza que ella, Dorotea, no lograba enmascarar con ambientadores con aroma de lavanda ni con varillas de incienso.
– ¿No podemos — preguntaba paseando arriba y abajo su malhumor deslavazado, dándose aire con el abanico de plumas de marabú estas sí auténticas de aquella tía de las de Vivar de la que nadie hablaba por haber llevado una vida un tanto « vamos a dejarlo en “licenciosa”» —, aunque nada más sea para esta tarde, disponer de un verdadero salón de los espejos?
– De espejos, princesa del guisante — respondía con acritud Dorotea, que había tenido que renunciar por culpa de los preparativos a su clase de taquigrafía — no hemos hablado nada.
Y que no pretendiera liarla ni soñase con complicarle la vida.
Papeles
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.