About the work
https://valentina-lujan.es/D/deberta.pdf
“Perífrasis:
Os habría agradecido que me advirtieseis de que cuando llegara sería demasiado tarde para que pudiésemos acceder a las instalaciones sin tener que ir a buscar la llave que debía suponerse nos daría el conserje que sin pestañear se negó a ponerla en nuestras manos alegando que no disponiendo de autorización para entregarla el hacerlo vendría a ocasionarle unos problemas que no deseaba en absoluto afrontar viéndose obligado a agachar las orejas y soportar la reprimenda sin defenderse ni rechistar por carecer de buenos motivos que esgrimir o razones de peso con las que convencer a unos superiores que se represaliarían contra él y le infligirían quién sabe qué castigo por desobedecer infringiendo la ley establecida contemplada y redactada en los estatutos que rigen la comunidad a que pertenece desde que arribase a la ciudad pocos años después de nacer y de que sus progenitores fallecieran causándole un dolor del que ignoraba si alcanzaría a reponerse jamás.
Domingo, 29 de mayo de 2016”
Y, mientras devolvía el papelito a su portafolios, que la mejor puntuación sería para quien menos tardara en decirle cuántos verbos contenía la perífrasis.
Y, para sí y sin pronunciar palabra, “Berta, ésta me la pagas”.
Perífrasis
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.