About the work
https://valentina-lujan.es/T/tenuealetear.pdf
Alas de mariposas debatiéndose en tenue aletear de mil colores dibujados en geometrías trazadas de azarosos reencuentros que se quiebran y, diseñadas con esmero en su desapasionado latir mudo contra impávidos , impasibles elementos de arquitecturas de aristas imposibles talladas a golpe de pulsión en la calma de los muertos sentires de almas presas en las redes ariscas de importunos, estúpidos, extraviados de la que lleva a la luz que ellas están buscando sus respectivos atolondrados cuerpos amasijos de piel y sangre y huertos despoblados de ruinosos parajes que algún día fueron délficos oráculos augures de flamantes, ardientes, pictogramas encriptados en códigos de cifras encarnadas en los cuencos vacíos inmolados al discernir el qué del dónde, el para qué del cuándo se desencontraron los momentos reagrupados en su búsqueda de algún aunque muy raro firmamento, redoblan al de campanas que Nadie tocará jamás por ellas sus arrestos.
24 de noviembre de 2010
Silogismos
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.