About the work
https://valentina-lujan.es/L/lavidadesga.pdf
La vida desgarrándose en instantes y la muerte estúpida negándose a qué negar el nada ya que queda de vivirse ni el qué será lo que en no viviendo se resiste a ya no ser más que olvido de unos huesos y un poco más de un algo de amasijo de qué sé yo qué intestinos, ni qué venas, ni qué sangre ni qué humores que transitan de la nada del ya a un del todo irrecuperable qué pudiera; y sigue sin saber por qué ni adónde, y sin querer ni vivirse ni dejarse, y sin dejar que quien vive a duras penas a penas no menos duras dé el portante.
Y, dicen, que hay otras cosas, por ahí dentro; y que, en algún rincón entre desechos, un destello de un algo inexistente que, cuentan, es inmortal y que se llama por lo visto alma.
Dicen, también, que existe la esperanza.
19 de noviembre de 2012
Soliloquios
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.