About the work
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Había perdido el tiempo, un zapato, y la oportunidad de rectificar.
Lástima de zapato, pensó, rascándose el entrecejo entreverado de recuerdos tan angulosos que las uñas captaron al vuelo que no iba a ser necesario ser Pitágoras para entender que piezas tan irregulares sería mucha casualidad que pudieran encajar.
Consideró la conveniencia de sentarse a descansar, en una piedra, la primera que encontrase al doblar la esquina de la calle erizada, por alguna enigmática razón, de redondeos en su contra siempre; pero hubo de conformarse con dejar caer, cuan larga era y en absoluto corta, aquella habilidad tan suya para ―desprogramada, si, y a lo mejor hasta un poco herrumbrosa; pero que siempre había pesado en las almas de sus detractores no más, pero si lo suficiente, y aun necesario, como para obligar a que anduviesen ellas un poco escoradas, siempre del lado contrario al del avance calamitoso pero pacífico y bastante locuaz de un desconsuelo cargado de puntualizaciones y advertencias tanto, a ratos, de que podía no resultar del todo procedente dar un no por respuesta (acompañado sí de una sonrisa, y envuelta en una amabilísima polémica), tanto, a otros, de que no cabría, por más que se la ajustase y recortara, posibilidad ya de perdón ora de enmienda―, una vez deshechos los nudos con infinita paciencia y atado, con dos lazadas de cordón el zapato que sí le quedaba, despojarse una por una y con gesto metódico, pausado, de todas aquellas prendas que la adornasen cuando aun desconocía que no eran de ella.
Y se sintió ligera como una pluma.
¿Por qué, tonta, has esperado tanto; tan fácil como era?
29 de marzo de 2019
Soliloquios
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Code: | 2309285434332 |
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Date: | Sep 28 2023 14:22 UTC |
Author: | Valentina Luján |
License: | All rights reserved |
About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo. No tengo formación académica.