Sobre la obra
https://valentina-lujan.es/G/Aprender.pdf miércoles, octubre 23, 1963 Aprender Mi madre me decía con frecuencia cuando yo era niña que tenía que aprender a echarme el alma a la espalda. Nunca le pregunté qué significaba esa frase exactamente. Pero a veces, muchos años después, me viene a la memoria y pienso que, si aún la tuviera, le preguntaría “Mamá, ¿crees que aprendí aquello que me dijiste tantas veces siendo niña?”. No sé, Afrodita. Si también a ti te decía tu madre algo parecido y si te viene a la memoria alguna vez. Ah. Te vi el otro día y, no quisiera molestarte en caso de que, como yo, no sepas si has aprendido o no, pero estás engordando. Publicado por camila en 02:14:29 PM Etiqueta: Admistiquios Categoría: Prosa
Comentarios
Sobre el creador
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.