About the work
https://valentina-lujan.es/D/delanadahastael.pdf Caminar con pies descalzos en comitivas que arrastran las penas que ya no pueden ocultarse por más tiempo tras los párpados cansados en lágrimas que se embeben, se ensordecen, se corroen. ¿De envidia, de desventura, o de inmunda compasión? ¿Por los que, cuando supieron, cuando tuvieron enfrente los perfiles que marcaban las aristas de las causas diciendo que no temían, se escondieron tras las farsas que no fueron jamás dignas de guiarlos por las sendas que marcaban las porfías? ¿Los culpables inmolando, en su caminar cansino, en su deslizar moroso, en su sofocar nefasto su crítico sentimiento de dislate o de indolente despilfarrado agravante? La bondad o la belleza de que se cubren los pálidos arrumacos desprovistos de cualidad que les sirva… ¿de redención?, ¿de sorpresas que jamás dará la huida de los que se confiaron en dilapidar sus días abrazando los abruptos arrebatos que desvían los desvelos del que duerme a la sombra de no importa qué premuras o qué altivas pretensiones de acuciantes acicates que predigan que será retado el veto que cercena la codicia de tantos como ambicionan insuflar en sus pericias voluntad de ya más tarde, ya completada la vida, caminar sin inmutarse en busca de… su armonía?; ¿serán moneda de cambio con la que saldar la deuda que ya al nacer se asumía? 20 de enero de 2011 Etiqueta: Entelequios Categoría: Prosa
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About the creator
Escritora, porque la escritura es lo que profeso. Pero, no siendo la escritura mi fuente de ingresos, no me atrevería a denominarla mi profesión. No creo, por otra parte, que estuviera dispuesta a avenirme a complacer a nadie, lector o editor. Ni a comprometerme a cumplir los plazos de entrega a que deben ceñirse tantos de los que publican. Literatura por encargo, como si el escritor fuera un sastre o un fabricante de electrodomésticos. Me espanta el sólo pensarlo.
No tengo formación académica.
Ah, que se me olvidaba explicar a mis lectores, y a mis seguidores, y a mis amigos y enemigos, por qué "Telas de araña con bastón, canario y abanico"; y ello es por algo tan sencillo como el hecho de que la vida, todas las vidas, son exactamente una tela de araña, entretejiéndose, las unas con las otras.
He de confesar también que el título no se me ocurrió a mí; no. El título es el de un cuadro, grande, al óleo, que vi hace muchos años no recuerdo ya dónde en una exposición y en el que, aunque me dejé los ojos escrutándolo, no logré encontrar ni el bastón ni el canario ni el abanico y que, además y desafortunadamente, no recuerdo el nombre del autor.