Ella, con la mano
10/13/2024
2410139789222

About the work

http://valentina-lujan.es/alicia/ellaconlama.pdf
la derecha, en concreto, enfundada en guante de goma y sosteniendo, en la otra, también enguantada, una bayeta chorreante porque se hallaba hoy, ella, atareada en una de esas engorrosas limpiezas a fondo tan necesarias de vez en cuando en los hogares, pero tan poco decorativa y nada favorecedora para su bien amada (de mi amigo) heroína para la que siempre ha deseado lo mejor y verla envuelta en halos perfumados, derrochando glamur.
Yo le hago notar que su ambición es un tanto descabellada; pues ha de tenerse en cuenta que se trata de una familia de clase media cuyos únicos ingresos consisten en el modesto sueldo de un funcionario subalterno con el que han de cubrir sus necesidades el matrimonio, los dos niños y la pareja de ancianos.
– Lo sería, sí, descabellada — me contesta —, si no fuera porque las cosas cambiaron cuando ella, Sonia, se echó un amante.
–¿Sonia? ¿Un amante? ¿Un amante Sonia cuando tras barajar varias posibilidades como lo de la ducha averiada, por ejemplo, habíamos llegado al acuerdo, que yo recuerde, de que a lo del pelo mojado podía dársele una explicación más inocente?
– Sí — él — pero también quizás mucho más sosa, simplona, con escasas probabilidades de enganchar al lector y, mucho menos, a la lectora, que en general las lectoras son mucho más románticas.
– ¿Y qué romanticismo, qué ternura o dulzura, encuentras tú en que se cargue al pobre anciano?
– ¿Anciano? ¿Y qué motivos habría de tener Sonia para matar a su suegro?
– Al suegro no — le explico —; cargarse al marido.
– ¿A Ramírez? ¿Sonia matar a Ramírez?
– Bueno, no sé si lo mató del todo, pero un somnífero antes de fugarse sí que le dio.
– Ah, sí — mi amigo emite una corta carcajada y sacude la cabeza —, cuando probamos a que los guantes fuesen de terciopelo; ya me acuerdo, pero pensándolo bien tal vez sea mejor olvidarse de aquel intento, y del marido rico y del amante, y devolver a Sonia a su Ramírez de siempre, y a su casa y a sus suegros y a sus hijos.
– ¿Pero no me acabas de decir, hace no poco más de una decena de renglones, que te gustaría algo un poquito más estimulante para el lector, o, bueno, la lectora?
– Sí, es cierto, lo he dicho. Pero es que si me paro a pensar no lo tengo nada claro y ando dubitativo, debatiéndome entre saber si lo que quiero es escribir…, quiero decir que escribas, una novelucha comercial o una buena, auténtica obra literaria.
Y que yo, me pregunta, cómo lo veo.
– Pues no sé qué decirte — le contesto —; pero si quieres echarte atrás estamos a tiempo, que del capítulo primero lo que tenemos hasta ahora son tan sólo borradores, tanteos, probatinas; algo, por otra parte, que debe de sucederle antes de arrancar en firme a cualquier escritor.
– Ese es el problema — dice, y me parece que lo noto triste —, que, y eso sí lo tengo claro, yo no quiero que tú, tú precisamente, seas, y además por mi culpa, un escritor cualquiera.
Y la señorita, arrugando la nariz y torciendo el gesto, hablando como para sí doblando los folios, a este paso no lo seréis ninguno de los dos. Ya lo verás.

Literary: Other
papeles
prosa
Shown in

Copyright registered declarations

Julianita
Author
Consolidated inscription:
Attached documents:
0
Copyright infringement notifications:
0
Contact

Notify irregularities in this registration

AI Availability Declaration

This work cannot be made available to AI systems.

Creativity declaration

100% human created

Declaration Date: Oct 13, 2024, 12:44 PM

Identification level: Low

Fictional content

Declaration Date: Oct 13, 2024, 12:44 PM

Identification level:
Low
Print work information
Work information

Title Ella, con la mano
http://valentina-lujan.es/alicia/ellaconlama.pdf
la derecha, en concreto, enfundada en guante de goma y sosteniendo, en la otra, también enguantada, una bayeta chorreante porque se hallaba hoy, ella, atareada en una de esas engorrosas limpiezas a fondo tan necesarias de vez en cuando en los hogares, pero tan poco decorativa y nada favorecedora para su bien amada (de mi amigo) heroína para la que siempre ha deseado lo mejor y verla envuelta en halos perfumados, derrochando glamur.
Yo le hago notar que su ambición es un tanto descabellada; pues ha de tenerse en cuenta que se trata de una familia de clase media cuyos únicos ingresos consisten en el modesto sueldo de un funcionario subalterno con el que han de cubrir sus necesidades el matrimonio, los dos niños y la pareja de ancianos.
– Lo sería, sí, descabellada — me contesta —, si no fuera porque las cosas cambiaron cuando ella, Sonia, se echó un amante.
–¿Sonia? ¿Un amante? ¿Un amante Sonia cuando tras barajar varias posibilidades como lo de la ducha averiada, por ejemplo, habíamos llegado al acuerdo, que yo recuerde, de que a lo del pelo mojado podía dársele una explicación más inocente?
– Sí — él — pero también quizás mucho más sosa, simplona, con escasas probabilidades de enganchar al lector y, mucho menos, a la lectora, que en general las lectoras son mucho más románticas.
– ¿Y qué romanticismo, qué ternura o dulzura, encuentras tú en que se cargue al pobre anciano?
– ¿Anciano? ¿Y qué motivos habría de tener Sonia para matar a su suegro?
– Al suegro no — le explico —; cargarse al marido.
– ¿A Ramírez? ¿Sonia matar a Ramírez?
– Bueno, no sé si lo mató del todo, pero un somnífero antes de fugarse sí que le dio.
– Ah, sí — mi amigo emite una corta carcajada y sacude la cabeza —, cuando probamos a que los guantes fuesen de terciopelo; ya me acuerdo, pero pensándolo bien tal vez sea mejor olvidarse de aquel intento, y del marido rico y del amante, y devolver a Sonia a su Ramírez de siempre, y a su casa y a sus suegros y a sus hijos.
– ¿Pero no me acabas de decir, hace no poco más de una decena de renglones, que te gustaría algo un poquito más estimulante para el lector, o, bueno, la lectora?
– Sí, es cierto, lo he dicho. Pero es que si me paro a pensar no lo tengo nada claro y ando dubitativo, debatiéndome entre saber si lo que quiero es escribir…, quiero decir que escribas, una novelucha comercial o una buena, auténtica obra literaria.
Y que yo, me pregunta, cómo lo veo.
– Pues no sé qué decirte — le contesto —; pero si quieres echarte atrás estamos a tiempo, que del capítulo primero lo que tenemos hasta ahora son tan sólo borradores, tanteos, probatinas; algo, por otra parte, que debe de sucederle antes de arrancar en firme a cualquier escritor.
– Ese es el problema — dice, y me parece que lo noto triste —, que, y eso sí lo tengo claro, yo no quiero que tú, tú precisamente, seas, y además por mi culpa, un escritor cualquiera.
Y la señorita, arrugando la nariz y torciendo el gesto, hablando como para sí doblando los folios, a este paso no lo seréis ninguno de los dos. Ya lo verás.
Work type Literary: Other
Tags papeles, prosa

-------------------------

Registry info in Safe Creative

Identifier 2410139789222
Entry date Oct 13, 2024, 12:44 PM UTC
License All rights reserved

-------------------------

Copyright registered declarations

Author. Holder Julianita. Date Oct 13, 2024.


Information available at https://www.safecreative.org/work/2410139789222-ella-con-la-mano
© 2025 Safe Creative