En las mismas aguas de algún otro río
08/27/2024
2408279236478

About the work

http://valentina-lujan.es/N/npvmin.pdf
Responder a la pregunta de “¿quiénes somos?” no parece, en un principio — recitaba la señorita Argenis sin, después de tantos años con la misma cantinela, tener que echar más de alguna ojeada ocasional al manuscrito —, que pueda resultar problemático; no tiene uno, o una, o un hatajo (o multitud si nos cabía y siempre que el tamaño de la letra concordase), más que llegar y decir pues yo o nosotros o nosotras somos Fulanito de Tal, o Perenganita de Cual, o estos/as o los/as otros/as o los/as de más allá e hijos/as, todos/as y cada uno/a, de nuestros/as respectivos/as padres/as...
No, mira, ahí nos hemos equivocado — y suspiraba y pestañeaba, y sacudía un poquito la cabeza, cargada de resignación y muchos bucles; ella, Argenis, que interrogados al respecto los más ancianos del lugar y otros contornos aún por determinar, aseveraron que hasta donde la memoria les alcanzaba a los más remotos de sus ancestros Argenis no se había equivocado jamás — pero lo vamos a dejar como está y seguir, como si tal cosa, aunque saltándonos las obviedades que todos damos por sentadas en lo que concierne a nuestros semejantes, tan nada diferentes de las propias que para qué repetirlas y perder, sin ninguna necesidad, el hilo…
–¿O Ya lo hemos perdido?
Inmediatamente se producía una pausa, que ella, Ligia — y, aunque muchas hojas ya se hubiesen perdido o utilizado para envolver el bocadillo, la señorita Argenis tampoco — nunca olvidaba enlazar, acto seguido y ahora sí a su libre antojo, con un…
– Moisés, por favor, ¿sería usted tan amable?
Y, con los ojos cerrados, el ceño un poco contraído y la cabeza algo echada hacia atrás, concentrado él en no cometer ningún error…
– Porque si lo hemos perdido tendremos que buscarlo, y nos pasará lo que nos sucedió cuando hace apenas unos días buscábamos algo también y derramamos, sin quererlo, la copa de algún néctar repuntado que nuestra memoria se obstinó en despertar como…
Silencio, de Moisés, seguido de un suspiro y, por lo bajo, apenas audible, un ¡Mierda!
– Ambrosía — ella, con la dulzura y proverbial paciencia que ni en los momentos de mayor crispación la abandonaban —, ambrosía, Moisés; pero no se preocupe, que ha estado muy bien… Farabundo, si tiene la bondad…
–La dejamos hacer y, con deleite — evocaba Farabundo, de corrido, como si en la vida no hubiera hecho otra cosa que evocar de corrido no importa qué memorias que el azar deparase —, aplicamos el néctar con las yemas de los dedos en las sienes, y en el cuello, y detrás de las orejas y en la frente, y aspiramos el olor evanescente del antaño mientras se demoraba ella por entre los jirones de las tardes ociosas en que éramos algo que, por cierto, la última vez que alguien lo mencionó ya dio problemas porque ― la más corpulenta de las Monteverde ― que pero, bueno, eso es muy…
– elástico; sí, Farabundo; perfecto y magníficamente entonado. Pero no hace falta que continúe porque, y todos lo sabemos a menos que tengamos algún espía infiltrado disfrazado de nuevo:
Y, tras los dos puntos:
– ¿Elástico? ― Doña Anastasia ― ¿Cómo cuánto exactamente de elástico?
– Como muchíssssimo.
– ¡Vaya por Dios! ― Y, girándose Anastasia a su propia hermana ―: ¿Qué te parece?
Y la hermana se limitó a ladear un poquito la cabeza y volverla a enderezar como queriendo dar a entender ea.
– Ea ― doña Anastasia ―, no; Romana.
– ¿Pero cómo ― la Monteverde ― que ea, no?
– Pues como que no, sencillamente.
– Mira, Anastasia, yo tengo mucha, pero que muchísima correa, pero, si hay algo que verdaderamente me molest… Porque, ¿quién no ha sido, si es que alguien me lo puede explicar, algo a lo largo de su vida alguna vez?
– Ya. Si no ― doña Anastasia ―: si algo sí. A lo que voy es a que…
– Lo que ella está queriendo decir ― la Monteverde corpulenta también pero algo menos, dando a la hermana suya unos suaves golpecitos con sus dedos en el antebrazo ― es que quién no ha sido algo alguna vez aunque no fuera lo que estuviese deseando fervientemente ser…

Literary: Other
prosa
papeles
Shown in

Copyright registered declarations

Violeta Tobar
Author
Consolidated inscription:
Attached documents:
0
Copyright infringement notifications:
0
Contact

Notify irregularities in this registration

Creativity declaration

100% human created

Declaration Date: Aug 27, 2024, 12:10 PM

Identification level: Low

Fictional content

Declaration Date: Aug 27, 2024, 12:10 PM

Identification level:
Low
Print work information
Work information

Title En las mismas aguas de algún otro río
http://valentina-lujan.es/N/npvmin.pdf
Responder a la pregunta de “¿quiénes somos?” no parece, en un principio — recitaba la señorita Argenis sin, después de tantos años con la misma cantinela, tener que echar más de alguna ojeada ocasional al manuscrito —, que pueda resultar problemático; no tiene uno, o una, o un hatajo (o multitud si nos cabía y siempre que el tamaño de la letra concordase), más que llegar y decir pues yo o nosotros o nosotras somos Fulanito de Tal, o Perenganita de Cual, o estos/as o los/as otros/as o los/as de más allá e hijos/as, todos/as y cada uno/a, de nuestros/as respectivos/as padres/as...
No, mira, ahí nos hemos equivocado — y suspiraba y pestañeaba, y sacudía un poquito la cabeza, cargada de resignación y muchos bucles; ella, Argenis, que interrogados al respecto los más ancianos del lugar y otros contornos aún por determinar, aseveraron que hasta donde la memoria les alcanzaba a los más remotos de sus ancestros Argenis no se había equivocado jamás — pero lo vamos a dejar como está y seguir, como si tal cosa, aunque saltándonos las obviedades que todos damos por sentadas en lo que concierne a nuestros semejantes, tan nada diferentes de las propias que para qué repetirlas y perder, sin ninguna necesidad, el hilo…
–¿O Ya lo hemos perdido?
Inmediatamente se producía una pausa, que ella, Ligia — y, aunque muchas hojas ya se hubiesen perdido o utilizado para envolver el bocadillo, la señorita Argenis tampoco — nunca olvidaba enlazar, acto seguido y ahora sí a su libre antojo, con un…
– Moisés, por favor, ¿sería usted tan amable?
Y, con los ojos cerrados, el ceño un poco contraído y la cabeza algo echada hacia atrás, concentrado él en no cometer ningún error…
– Porque si lo hemos perdido tendremos que buscarlo, y nos pasará lo que nos sucedió cuando hace apenas unos días buscábamos algo también y derramamos, sin quererlo, la copa de algún néctar repuntado que nuestra memoria se obstinó en despertar como…
Silencio, de Moisés, seguido de un suspiro y, por lo bajo, apenas audible, un ¡Mierda!
– Ambrosía — ella, con la dulzura y proverbial paciencia que ni en los momentos de mayor crispación la abandonaban —, ambrosía, Moisés; pero no se preocupe, que ha estado muy bien… Farabundo, si tiene la bondad…
–La dejamos hacer y, con deleite — evocaba Farabundo, de corrido, como si en la vida no hubiera hecho otra cosa que evocar de corrido no importa qué memorias que el azar deparase —, aplicamos el néctar con las yemas de los dedos en las sienes, y en el cuello, y detrás de las orejas y en la frente, y aspiramos el olor evanescente del antaño mientras se demoraba ella por entre los jirones de las tardes ociosas en que éramos algo que, por cierto, la última vez que alguien lo mencionó ya dio problemas porque ― la más corpulenta de las Monteverde ― que pero, bueno, eso es muy…
– elástico; sí, Farabundo; perfecto y magníficamente entonado. Pero no hace falta que continúe porque, y todos lo sabemos a menos que tengamos algún espía infiltrado disfrazado de nuevo:
Y, tras los dos puntos:
– ¿Elástico? ― Doña Anastasia ― ¿Cómo cuánto exactamente de elástico?
– Como muchíssssimo.
– ¡Vaya por Dios! ― Y, girándose Anastasia a su propia hermana ―: ¿Qué te parece?
Y la hermana se limitó a ladear un poquito la cabeza y volverla a enderezar como queriendo dar a entender ea.
– Ea ― doña Anastasia ―, no; Romana.
– ¿Pero cómo ― la Monteverde ― que ea, no?
– Pues como que no, sencillamente.
– Mira, Anastasia, yo tengo mucha, pero que muchísima correa, pero, si hay algo que verdaderamente me molest… Porque, ¿quién no ha sido, si es que alguien me lo puede explicar, algo a lo largo de su vida alguna vez?
– Ya. Si no ― doña Anastasia ―: si algo sí. A lo que voy es a que…
– Lo que ella está queriendo decir ― la Monteverde corpulenta también pero algo menos, dando a la hermana suya unos suaves golpecitos con sus dedos en el antebrazo ― es que quién no ha sido algo alguna vez aunque no fuera lo que estuviese deseando fervientemente ser…
Work type Literary: Other
Tags prosa, papeles

-------------------------

Registry info in Safe Creative

Identifier 2408279236478
Entry date Aug 27, 2024, 12:10 PM UTC
License All rights reserved

-------------------------

Copyright registered declarations

Author. Holder Violeta Tobar. Date Aug 27, 2024.


Information available at https://www.safecreative.org/work/2408279236478-en-las-mismas-aguas-de-algun-otro-rio
© 2025 Safe Creative