About the work
http://valentina-lujan.es/Y/loscuroque.pdf
Cualquiera pensará así al pronto que se trata de sacerdotes con tonsura, y alzacuello y sotana, deambulando libro de horas en ristre por los senderos alfombrados de hojas amarillentas o rojizas del jardín recoleto que circunda una pequeña iglesia, o grande, de vidrieras ojivales y muros de sillería grisácea en los que el tiempo ha ido depositando un mucho de mugre y un poco de pátina.
Pero, no.
Son franciscanos que aborrecen con fervor a los gatos y, ataviados no con el tosco sayal característico que vistieran antaño sino con atuendos tan comunes como un pantalón gris y camisa y chaqueta, pueden pasar por oficinistas cuando se les ve, por las mañanas, comprando el periódico en el quiosco que hace siglos se llamara de “el manco”.
La iglesia, por su parte, y el jardín por la suya, distan mucho ― con sus paredes de ladrillo la una y su ausencia de senderos el otro sin más vegetación que algunas hierbecillas espontáneas que se ponen muy hermosas, es verdad, en cuanto caen cuatro gotas ― de sugerir recogimiento alguno ni, también es cierto, el temor al pecado y al infierno en que vivieran sumido... o no tanto, tal vez, los antiguos franciscanos de siempre moradores del pequeño chalé aquel sí con encanto que fue luego (antes de que construyeran sic transit gloria mundi un edificio nuevo y sin gracia ninguna, ni divina ni humana) un caserón abandonado propiedad nuda, sí, y desnuda, pero absoluta de los gatos objeto, a lo que íbamos, de nuestras cuitas.
El ejemplar ― de nuestras cuitas, repetimos ― cuatro o cinco veces de cada seis o siete suele ser negro y, es del dominio público y no vamos por lo tanto, esto no, a repetirlo, que aunque sea de cualquier otro color o se trate incluso de una gata lo que procede en tales casos es proveerse de una escalera más bien larga o, en su defecto, de una jaula-trampa ex profeso para gatos y unos cuantos metros del bramante de marras.
Pero como esto sólo resultaría interesante para quien esté interesado en rescatar gatos callejeros caídos en patios de franciscanos que aborrecen a los gatos y se niegan a rescatarlos por la ventana que desde su biblioteca da acceso al patio sin ninguna dificultad y a pie llano, y sería mucha casualidad además que estas páginas las leyera alguno de esos interesados, no merece la pena prodigarse en explicaciones, ¿no es cierto?
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100% human created
Declaration Date:
Jun 24, 2024, 1:11 PM
Identification level:
Low
Fictional content
Declaration Date:
Jun 24, 2024, 1:11 PM
Identification level:
Low
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Title Los curas de Oquendo - 1
http://valentina-lujan.es/Y/loscuroque.pdf
Cualquiera pensará así al pronto que se trata de sacerdotes con tonsura, y alzacuello y sotana, deambulando libro de horas en ristre por los senderos alfombrados de hojas amarillentas o rojizas del jardín recoleto que circunda una pequeña iglesia, o grande, de vidrieras ojivales y muros de sillería grisácea en los que el tiempo ha ido depositando un mucho de mugre y un poco de pátina.
Pero, no.
Son franciscanos que aborrecen con fervor a los gatos y, ataviados no con el tosco sayal característico que vistieran antaño sino con atuendos tan comunes como un pantalón gris y camisa y chaqueta, pueden pasar por oficinistas cuando se les ve, por las mañanas, comprando el periódico en el quiosco que hace siglos se llamara de “el manco”.
La iglesia, por su parte, y el jardín por la suya, distan mucho ― con sus paredes de ladrillo la una y su ausencia de senderos el otro sin más vegetación que algunas hierbecillas espontáneas que se ponen muy hermosas, es verdad, en cuanto caen cuatro gotas ― de sugerir recogimiento alguno ni, también es cierto, el temor al pecado y al infierno en que vivieran sumido... o no tanto, tal vez, los antiguos franciscanos de siempre moradores del pequeño chalé aquel sí con encanto que fue luego (antes de que construyeran sic transit gloria mundi un edificio nuevo y sin gracia ninguna, ni divina ni humana) un caserón abandonado propiedad nuda, sí, y desnuda, pero absoluta de los gatos objeto, a lo que íbamos, de nuestras cuitas.
El ejemplar ― de nuestras cuitas, repetimos ― cuatro o cinco veces de cada seis o siete suele ser negro y, es del dominio público y no vamos por lo tanto, esto no, a repetirlo, que aunque sea de cualquier otro color o se trate incluso de una gata lo que procede en tales casos es proveerse de una escalera más bien larga o, en su defecto, de una jaula-trampa ex profeso para gatos y unos cuantos metros del bramante de marras.
Pero como esto sólo resultaría interesante para quien esté interesado en rescatar gatos callejeros caídos en patios de franciscanos que aborrecen a los gatos y se niegan a rescatarlos por la ventana que desde su biblioteca da acceso al patio sin ninguna dificultad y a pie llano, y sería mucha casualidad además que estas páginas las leyera alguno de esos interesados, no merece la pena prodigarse en explicaciones, ¿no es cierto?
Work type Literary: Other
Tags papeles, prosa
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Registry info in Safe Creative
Identifier 2406248369486
Entry date Jun 24, 2024, 1:11 PM UTC
License All rights reserved
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Copyright registered declarations
Author. Holder Lola. Date Jun 24, 2024.
Information available at https://www.safecreative.org/work/2406248369486-los-curas-de-oquendo-1